Con sus dientes cepillados, su pijama lista y la fatiga incrementando, se acerca al colchón de la cama y abre la sábana ocre para meterse dentro. Su cuerpo se va calentando poco a poco con ayuda del edredón y la tela que la cubren, los párpados se cierran solos y su cabeza se hunde dentro de la almohada sin la intención de querer moverse, estaba lista para descansar de un largo y cansado día.
Pst... pst...
Hoy trabajó horas extra en la oficina y su jefe no paraba de darle tareas largas. Su cansancio era grande y estaba dispuesta a ignorar cualquier cosa que impidiera su placentera visita a la cama, decidió no escuchar el constante llamado de su conciencia sin éxito alguno.
Hey, Jazmín
—Estoy durmiendo.
No mientas, si yo estoy despierto pues tú también lo estás.
—¿Qué mierda quieres?
¿Apagaste la plancha que ocupamos?
Sus ojos se abrieron cansados y frustrada trató de recordar los pasos que siguió al apagar la plancha, a pesar tener presente las imágenes suyas desconectando el objeto correctamente, comenzó a cuestionarse.
—Sí lo hicimos ¿no?
Yo no lo recuerdo...
—Sí, está apagada ¿recuerdas que la desconectamos después de planchar la blusa para mañana?
Mmm... no, no tengo ningún recuerdo de haberlo hecho hoy, todas las imágenes son de tiempo atrás.
—Bueno, yo recuerdo que sí lo hice —Cerró nuevamente sus ojos intentando descansar despreocupándose por lo que le dijera su conciencia.
Bueno, despreocúpate... Si la plancha se daña será tu puta culpa, yo traté de advertirte. Es más, creo que dejamos la plancha conectada encima de la blusa con la que iremos mañana a trabajar, si se quema no te sorprendas ¿eh? Pero digamos que te da igual que se queme la blusa, ¿y si se quema la casa? Yo solo digo que cuando Mario regrese de su viaje a Quito y se encuentre con toda la casa hecha cenizas nos pedirá los papeles del divorcio inmediatamente.
—¡Ya! Iré a ver la maldita plancha.
Nuevamente sus ojos se abrieron con pesadez y levantó la cobija justo a tiempo para que el frío acariciara su cuerpo, bajó sus pies del colchón y los colocó encima de la fría baldosa. Su cuerpo se estremeció al sentir como su ser se congelaba. Jazmín estaba segura de que había cerrado las ventanas de toda la casa, pero al parecer se le había olvidado alguna por la cual el frío estaba aprovechando para colarse dentro de la casa.
Tal vez sea la ventana de la sala, te dije que no la abrieras. Sabía que se te iba a olvidar cerrarla.
Rodó los ojos harta de que su conciencia se crea mucho más lista, si era tan inteligente ¿por qué no le recordó cerrar la ventana antes de subir? Seguramente ya había entrado algún desagradable insecto. Encendió la lámpara que se encontraba en su mesa de noche y se dirigió hacia la puerta de la habitación para salir al pasillo, al girar la plateada manija se encontró con la penumbra que su pasillo otorgaba únicamente iluminado por la débil luz que desprendía la lámpara dentro de su habitación.
ESTÁS LEYENDO
Cuentos para dormir (+16)
Mystery / ThrillerHola, déjame darte la bienvenida a este libro, toma asiento por favor. Te voy a pedir antes que nada que vayas entrando en confianza, aquí encontrarás personas o hasta seres que te conozcan, entonces puedes sentirte libre de abrir cualquier capítulo...