Historias de los roleplays

Hermanos de Guerra

¿La guerra? La guerra no cambia, siempre es igual, siempre habrá muerte, siempre hay un bando que gana y uno que pierdo o eso era lo que leía en los libros de la biblioteca. Nunca pensé que el estar en el campo de batalla fuera algo terrible, después de todo estabas luchando por una causa justa ¿No?

Bueno es cierto lo que dicen, uno no sabe de lo que habla hasta que lo vive, pero aún no llegamos a ese punto. Primero debemos comenzar cuando me enliste como un simple recluta para el ejército. Sí, no era simplemente llegar y volverse soldado, se necesitaba la capacidad y voluntad para ir al enfrentamiento sin que tu miedo te dejara paralizado, volviéndote un estorbo.

Creo que es esperable que con la vida que viví no había nada que no hubiera visto antes ni que pudiera perturbarme, pero nuevamente la vida me golpeó con el azar, haciéndome conocer al ser más desesperante, hablador y sarcástico de todos, Scott ¿Quién iba a pensar que se convertiría en mi mejor amigo?

A Scott lo conocí el primer día de nuestro entrenamiento, me fue asignado como compañero de práctica del uso de la espada. Solo podría describirlo como un total fracaso con la espada o que tal vez yo era muy hábil, pero pese a mis habilidades adquiridas para sobrevivir en el bajo mundo, aún tenía mucho que pulir para al menos considerarme a mí mismo como un buen espadachín. Sin embargo, durante toda la práctica tuvo una sonrisa burlona y sus típicos comentarios fuera de lugar "Vaya eres bueno con esa espada ¿Y qué hay de la otra?" Sabia como sacarme de mi tranquilidad, y él parecía disfrutar de eso, que se volvió su rutina.

Puede que parezca que Scott era solo un payaso, y eso sería la mayor equivocación que podrían suponer. Aquel hombre era un inoperante con la espada, pero si tomaba un arco, hasta el propio Ulises de la Odisea quedaba como un simple amateur a su lado. Scott había sido bendecido con un pulso firme y una vista de halcón capaz de partir una mosca a la mitad en el trayecto de su flecha. Así que pueden adivinar que yo era nada más de un niño con una resortera cuando practicábamos tiro al blanco.

No sé como pero tan paulatinamente nos fuimos haciendo más cercanos, parecía que una amistad estaba floreciendo. Incluso cuando me volví a encontrar con ella, él detectó en seguida mis sentimientos y no perdió la oportunidad para hacer sus típicas bromas "Parece que el pequeño y rudo Georgi se enamoró de la hija del almirante" si hubiera sido cualquier otra persona lo habría puesto en su lugar, pero al tratarse de Scott solo lo sentí como una broma entre hermanos.

Sin embargo, estábamos hablando de una amistad florecida en la guerra y la hora de enfrentarse a nuestros enemigos llegó. El campo de batalla no es el campo de entrenamiento, allí la muerte está donde quiera que mirabas, aunque para mí no era más que un momento para demostrar mi habilidad y nula compasión con nuestros adversarios. Yo me encontraba en el frente como caballería, en mi mano firme y mis movimientos fluidos, mientras Scott por la lejanía me cuidaba la espalda y con sus flechas certeras que más de una vez me salvó la vida, usualmente por mi increíble ímpetu.

Pero como dije la guerra no cambia y habrá un bando que gané, lamentablemente junto a Scott vivimos una de aquellas batallas perdidas. Tras incesantes asedios por parte de nuestros enemigos, de nuestra escuadra solo quedamos nosotros dos en el frio de la noche rodeados de los cuerpos sin vida de nuestros compañeros, creo que fue la primera vez que vi temblar a Scott con el miedo en sus ojos y lo entendía. Él nunca se había enfrentado a la muerte tan de cerca como yo, que cada día era un milagro que estuviese vivo. Recuerdo que fue la primera y única vez que sentí pena por alguien, nunca había visto a Scott tan tembloroso como su arco en mano, creo hasta yo estaba nervioso pues el agarre de mi espalda se había soltado y simplemente hable por inercia "Te juró que, si te mueres, te reviviré para golpearte por dejarme solo" nunca había sido así con nadie, pero Scott era mi primer amigo, mi mejor amigo, era mi hermano de guerra.