La travesía de Maxwell

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Apenas eran casi las 6 de la mañana, el sol comenzaba a elevar sus primeros rayos y Maxwell se encontraba en el patio de cierta casa. Honestamente, el joven no estaba seguro de lo que iba a hacer, ni si quiera sabia como sentirte, su amado lo había rechazado, a su mejor amigo lo habían asesinado brutalmente y el otro tenia suerte de estar vivo. Le hubiera gustado despedirse de forma correcta de David, pero el tiempo apremiaba y aún no se anunciaba su cacería así que no tendría problemas para moverse por al menos hasta el día siguiente

Isabel: - ¿Estás seguro de esto? Es decir, estas tomando en consideración una idea que te dio un niño de 7 años, especialmente porque ese niño es Victor – Habló su prima que abría y hacia espacio en aquella caja de madera

Maxwell: - Lo sé, pero es tan loca e ilógica que nadie se esperaría que alguien la pusiera practica –

Isabel: - Bien, creo ya hay espacio para que entres –

Maxwell: - Puedo preguntar ¿Qué hay dentro de la caja? –

Isabel: - Son... algunas cosas... algunas cosas de Joseph que aún conservábamos – Una mirada de nostalgia y tristeza de poso en aquella chica – Papá piensa que es mejor dárselo a la caridad que mantenerlos en el sótano, además así los gemelos nunca sabrán de él –

El chico peli naranja nunca había comprendido aquella drástica decisión de simplemente omitir y olvidar a su primo Joseph, aún los rebeldes de su familia tenían su recuerdo en la habitación de "Las hojas al viento" y sabía que pronto estaría un retrato de él. Sin embargo, Joseph parecía un ser fantasmal para su núcleo familiar, del cual toda imagen era un borroso memorial

Maxwell: -Ten, no creo que quieras perder esto – De la caja sacó una fotografía, era de Joseph junto a Isabel, presumiblemente de cuando cumplió 15 años y posiblemente la última foto que tendría de él

Isabel: - Sí, no quiero olvidar a mi hermano – Tomó la foto, la miró un momento y esta vez esbozó una sonrisa – El camión de la caridad pasará a buscar la caja en una hora más... ¿De verdad estas seguro de esto? –

Maxwell: - Sí, estoy seguro. Pronto me cazaran y... bueno es mejor tener algo de ventaja –

Ambos primos se despidieron, Maxwell se metió en la caja donde el espacio solo le deja estar en posición fetal, por ultimo Isabel cerró la caja.

Dentro de aquel espacio tan reducido, el chico simplemente por fin lloró mientras abrazaba su mochila, se sentía un inútil, incapaz y un cobarde. Tal vez si hubiera tenido la determinación para matar a "esa chica" Mac seguiría vivo, David no habría sufrido esa tortura y él seguiría teniendo a sus amigos, pero la realidad no podía cambiarse. También le hubiera gustado al menos haberse despedido de sus padres, sabía que al enterarse de su cacería a ambos se les partiría el corazón, aunque sea dejó un girasol en la sala de estar y esperaba que ellos entendieran el mensaje de su partida. Intentando consolarse a sí mismo, se quedó dormido con las lágrimas aun saliendo de sus ojos.

Maxwell despertó al sentir como abrían la caja, y esperaba de verdad que no se trata de algún cazador. Para su suerte solo eran los encargados del lugar a donde llegó la caja

Hombre: - ¿Qué diablos haces metido aquí chico? –

Sin pensarlo mucho Maxwell salto de la caja para comenzar a correr, aunque los hombres solo se miraron extrañaron. El chico sigo corriendo hasta que sus pulmones no dieron más, llegando a una estación de buses, se sentó en la banca y reviso su mochila. Dentro aún seguía lo que había empacado, el poco dinero que llevaba ahorrando, algunos frutos secos junto a fruta deshidratada, su bufanda roja y por ultimo su amado almanaque, aquel amante que el mismo había ido construyendo con el tiempo desde que su madre se lo regalo para su cumpleaños número 11. Lo abrió para tranquilizarse y recordar cómo fue cada anotación que había hecho en sus hojas, especialmente cuando revisó la última página en donde se encontraba la foto que se tomó con sus amigos en el parque de diversiones.

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