Un día como cualquier otro había dado comienzo, un domingo tranquilo de invierno sin ningún augurio de lo que pasaría ese día o tal vez sí.
Todo comenzó con un hecho particular, un Victor de 12 años estaba despierto desde temprano, cosa muy rara en él pues usualmente se despertaba tarde especialmente los domingos, pero al parecer hoy acontecía algo.
Victor: - Ven Henry quiero mostrarte algo -
Henry: - Ay Victor es muy temprano para tus tonterías -
Victor: - No es una tontería, es algo muy genial que sé que te encantará -
Ambos hermanos se dirigieron al patio, el cual era bastante amplio adornado con las flores que su padre cuidaba con esmero, además de algunas plantas poco comunes que su primo les regaló
Victor: - Mira lo que encontré cuando me quedé encerrado en el sótano – Le mostró a su hermano una caja pequeña y vieja – Son fuegos artificiales de primera calidad – Sonrió esperando una respuesta
Henry: - Victor, estos objetos son algo muy peligroso... tienes razón también quiero probarlos
Como siempre ambos hermanos fueron cómplices de una de sus travesuras más recordadas en años posteriores. Victor preparó la estación de lanzamiento mientras Henry buscaba los fósforos, para fortuna de ellos, estaban solos en casa dejando el camino libre para salirse con la suya o eso pensaban
Una vez todo estuvo listo, Henry prendió la mecha y se posicionaron en el lugar donde creían que más geniales se verían. El momento que esperaban llegó cuando todos los fuegos artificiales salieron disparados al cielo explotando en una sucesiva y aleatoria demostración de colores, dejando maravillados y satisfechos a los gemelos. Sin embargo, aquel día pude ser un domingo tranquilo y tal vez el mejor recuerdo para Victor y Henry, pero uno de los cohetes perdió estabilidad cambiando su dirección yendo a parar dentro de la habitación de Isabel, cuya ventana estaba abierta
Henry/Victor: - Oh no – el momento de alegría de ambos se esfumó cuando el sonido del aquel cohete resonó en la casa.
Sin perder tiempo corrieron en seguida a la habitación de su hermana, la cual estaba en el segundo, pero ni las escaleras impidieron la maratónica carrera para asegurarse que no rompieron nada. Cuando llegaron, juntos comenzaron a buscar indicios de algún destrozo
Victor: - Bien parece que no pasó nada –
Henry: - Espera... ¿hueles eso? –
El olor que sintieron provenía del escritorio de Isabel, aquel olor era inconfundible, algo sé estaba quemando. Desesperados revisaron la caja de donde emanaba un humo asustando a ambos y sin dudarlo, tomaron la caja, llevándola al baño para echarle agua pensando que podrían salvar su contenido. Una vez la situación con el pequeño siniestro fue controlada, revisaron que contenía la caja y los gemelos tragaron con pesadez al darse cuenta que aquello que habían quemado por accidente era la colección de fotos de la persona escogida como el amor de la vida de Isabel, Robert
Victor: - ¡Estamos fritos! ¿Oíste? Fritos, muertos muy muertos –
Henry: - Aunque esto en teoría es culpa tuya –
Victor: - Oh no, no me dejaras solo en esto porque también es tu culpa. Se supone que tu eres el racional y responsable, debiste haberme detenido –
Henry: - Ok, ok no desesperes. Tenemos que pensar en algo –
Victor: - ¿Como en cavar nuestras tumbas? –
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Historias de los roleplays
CasualeAquí se contarán algunas historias relacionadas con los roleplays, que pretenden explicar y expandir el lore de los mismos, además de ser exclusivas de esta plataforma. Espero les guste