PRÓLOGO

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Quizás deba caer para sentir

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Quizás deba caer para sentir.

Quizás deba pecar para creer.

Quizás deba bailar para devorarlo o redimirlo.

El reloj anuncio la media noche justo en el momento en el que sentí el peso de las enormes telas desprenderse de la alta cumbre de la jaula del Cracker.

"Bailar o morir...".

Siento el viento helado como una carga pesada que me traspasa las vías respiratorias, pero aún así siento que el aire no llega a mis pulmones por la forma tan grotesca en la que me retumba el centro de mi pecho. Siento que me tiemblan los labios, los parpados, hasta el centro de mis dos cejas, pero mis piernas... Mis piernas se mantienen firmes y esbeltas. Ellas son mi instrumento más preciado y nunca me han fallado, siempre me han defendido del mundo, de lo oculto, de mis miedos, hasta de mi misma. "Ahora es el único instrumento que tengo para defenderme de este monstruo".

Ese es mi último pensamiento antes de domar las telas y volar por los cielos como si fuese libre, como si no estuviese enjaulada siendo la presa de ese animal mientras susurra.

-Leć i spójrz na mnie, Rosja.





-Leć i spójrz na mnie, Rosja

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LA DANZA DEL CRACKER [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora