Capítulo 13. Gris

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El viento soplaba afuera, sintió que su cuerpo se entumecía y trató de calentar ambas manos entre sus rodillas mientras se acercaba un poco más a la fogata frente a él, su mirada se perdió en el fuego y pensó que cada vez vivían un poco mejor, jun...

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El viento soplaba afuera, sintió que su cuerpo se entumecía y trató de calentar ambas manos entre sus rodillas mientras se acercaba un poco más a la fogata frente a él, su mirada se perdió en el fuego y pensó que cada vez vivían un poco mejor, junto sus manos cerca de su boca y les dio calor con su aliento, recargó de nuevo su espalda en el rudimentario asiento y prestó atención a las sombras alrededor del fuego que bailaban con la luz, sus días entre reportes y cálculos matemáticos, se sentían tan lejanos que dudaba que fueran reales, a veces lo creía, y es que era como vivir la vida de alguien más, ahora tenía que preocuparse por lo más fundamental para mantenerse con vida, la idea lo reconfortaba, extraño, pero prefería tener la mente ocupada en sobrevivir que llenarla de todos aquellos horrores del pasado que a veces lo despertaban en la madrugada interrumpiendo su sueño.

Pero ¿cómo habían llegado a eso?, ¿qué o quién fue el culpable?, había sido por tanta necedad, claro, propio del ser humano, ya se encontraba dándole vueltas otra vez a la idea, los altos mandos no querían perder la base le habían destinado demasiados recursos, presionaron a los científicos a dar resultados más rápido, la idea de expansión estaba comenzando a sembrar su semilla años atrás, la idea de tener un lugar donde se desarrollara una vida prospera para el ser humano impulsó la euforia y las esperanzas de crecimiento y recuperación, retornarían su antigua gloría, poderío y control sobre el planeta, pero la impaciencia y la ansiedad echaron todo a perder, porque el ser humano lo quiere todo y por eso lo pierde todo.

Un olor llamó su atención, el conejo asado estaba comenzando a lucir chamuscado, reaccionó de inmediato y lo retinó del fuego de forma tan descuidada que terminó quemándose, agito la mano en busca de aliviar el dolor pero finalmente se estiró para apoyarla sobre la nieve acumulada en la entrada de la cueva, suspiró y se dio cuenta que a una parte del conejo le faltaba cocimiento, lo colocó de nuevo en el fuego y lo giró, ese día ya no podría cazar otra cosa, debía concentrarse en lo que estaba haciendo.

Algunas cosas cobraron un significado diferente, como las estaciones, cuando decidieron no regresar a la base estrella, volaron sin rumbo hasta quedarse sin combustible en una zona donde la civilización humana parecía no haber explorado, claro en temporada de invierno seguía siendo un infierno, pero cuando el sol comenzaba a salir más tiempo y la nieve se descongelaba era como el cielo, el clima era fantástico, descubrieron muchos tipos de frutos comestibles y algunas hiervas de olor que le daban un sabor exquisito a la comida.

Dan puso en su palma hierbas secas trituradas dentro de un frasco y las espació sobre la carne asada, se puso de pie y la separó en dos porciones de brochetas, para envolverlas con grandes hojas silvestres y meterlas en un morral, se cubrió con la piel preparada de un animal que habían hallado muerto meses atrás y salió de la cueva con la comida, caminó sobre la orilla y subió un pendiente hasta llegar a la nave, ya no tenía nada de energía, pero era un excelente refugio, siempre usaban la entrada que conectaba con la cabina porque no necesitaba energía para funcionar, era totalmente manual.

El interior era bastante espacioso, habían sacado la consola del piloto y muchas otras maquinas que solo ocupaban espacio, la parte de cargamento estaba completamente limpia también, habían enterrado los cuerpos de sus camaradas al llegar y ahora el lugar lucía bastante acogedor.

Han: (al escuchar la escotilla se gira y ve la comida en la mano de Dan) Vaya, ya era hora, te... (gira la carne y nota la parte quemada) tomaste tu tiempo, habías dejado de hacer esto (mira con reproche a su compañero) bueno por lo menos ahora ya no olvidas comer (dice dándole un mordisco a la sazonada carne)

El más joven frunce el ceño al recordar que cuando llegaron tener reservas de comida y la calefacción de la nave no ayudaron a mejorar su estado mental, perdía demasiado la cabeza en sus pensamientos y su estado de ánimo y cuerpo siempre se lo cobraban, por eso no le daban ni ganas de comer, cuando Han preguntaba si había comido decía que lo había olvidado, pero era una clara mentira.

Dan: Solo me distraje un minuto (decide cambiar de tema para no darle vueltas a lo mismo) ¿qué estás haciendo? (dice para después comenzar a comer, el sabor era bueno, la capa exterior estaba un poco carbonizada y dura, pero el interior era suave)

Han: Secando la carne (señala con la brocheta de conejo en su mano porciones pequeñas de carne roja rebanada)

Dan: Esto apenas está empezando (toma con su mano una piedra lisa sobre la tabla de madera donde tenían todo para hacer el proceso de secado y con la otra coloca una hoja de plátano sobre la carne, la acomoda y comienza a golpear los filetes por encima de la hoja para dejarlos más delgados)

En todo ese tiempo, para Han había sido diferente, cualquiera pensaría que estaba acostumbrado de vivir en el bosque como un viejo ermitaño, su puntería era tremendamente buena, solía cortar la leña, era un experto en tratar la madera para mantenerla seca al igual que para encender las fogatas. Al principio reservaron las armas en caso de ocuparlas más adelante, pero con el tiempo las usaron también para la caza y mejoraron en la colocación de trampas, que se convirtió en la especialidad de Dan.

Han: Oye, ¿no deberías ir a revisar la trampa que colocaste ayer?, tal vez algo ya calló (dice con la boca llena)

Dan: Si, tienes razón, será mejor que vaya (deja la piedra a un lado y toma unos guantes de trabajo sobre una repisa)

El menor toma un costal vacío que acomoda sobre su hombro y le dice a su compañero que no tardará, después sale por la escotilla hacía el exterior de la nave. Mira un poco alrededor y los árboles tenían una gran acumulación de nieve a lo largo de sus coronas, la noche anterior la tormenta los había hecho refugiarse en la nave desde temprano interrumpiendo sus actividades diarias, tal vez la trampa estaría destrozada, pero igual lo iría a comprobar, estaba en la parte interna del bosque, tal vez los árboles la habrían atajado y estaba intacta.

Da un par de pasos en la densa nieve dejando huellas profundas hasta meterse entre los árboles, y el olor a cedro invade sus pulmones como si los limpiara, se adentro en el bosque y escuchó el movimiento de ramas cercanas, seguramente se trataba de algunas ardillas que se percataron de su presencia. Se inclinó para ver el lugar donde había puesto la trampa y estaba completamente descolocada, pero el viaje no había sido en vano, porque podía reacomodarla, el día lucía soleado, ese día no nevaría, tal vez mañana tendría mejor suerte.

Se pone de pie y se encamina a regresar a la nave, al llegar ayudaría a Han a terminar de preparar la carne y probablemente cenarían caldo de conejo caliente, los días pasaban y aquellos amargos recuerdos de años atrás se sentían cada vez más lejanos.


FIN de LAUREL BLANCO


Los créditos de la música son de @EyraErlandsson que creo esa hermosa pieza para Laurel Blanco, gracias por leer hasta acá, nos veremos pronto en la próxima historia.

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⏰ Última actualización: May 28, 2021 ⏰

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