Porfin, llegó a la casa de la señora Blurry.
La casa era tan extraña como la dueña: el tejado era de pizarra negra, la verja era una fila de oxidadas y viejas barras de metal cuyo acabado eran puntas afiladas similares a las de una flecha;el jardín tenía un apagado color verde y estaba adornado por diferentes objetos desconocidos, algunos se asemejaban a utiles de cocina y otros parecían...juguetes antiguos.
A Elys le estremecía la idea de tener que quedarse ahí mas tiempo, por lo que no se demoró en llamar a la vieja puerta de madera.
Espero. Oyó pasos adentro.
-¿¿Quién es??-.Preguntó la voz del otro lado en tono estridente.
-Soy...Elys LiLium, hija de Isiana y de Anglyos el herrero.-contestó la chica indecisa.Dudaba de si esa vieja loca de acordaría de ella o de su madre.
Un ruido de pestillos y llaves desconcertó a la muchacha. Después se hizo un silencio. En ese momento la espera la estaba matando.
Hasta que oyó un crujido. La puerta se abrió y una mano huesuda tiró de ella. Durante esos segundos de incertidumbre, Elys no sabía si gritar de miedo o zafarse con rabia de su agarre.
Abrió los ojos. Estaba dentro de la casa. Una mujer algo mayor con anteojos redondos, alta, delgada y con una considerable melena gris la miraba con asombro. Ante la inquisitiva mirada de la mujer Elys sintió pavor. No sabía porque la había metido en su casa ni las intenciones que tenía.
-La joven Elys Lilium, has crecido mucho pequeña.-dijo la mujer sorprendida.
Acto seguido la cogió la mano y empezó a recorrer la palma con los ojos como si de un mensaje encriptado se tratase.
-Hola señora Blurry...-Quiso parecer lo más amable posible pero su sonrisa falsa la delataba, menos mal que no la estaba mirando a la cara...
La anciana dió un grito ahogado.Una expresión de preocupación se dibujo en su rostro, marcando las arrugas propias de la vejez.Lo único que provocó fue mas nerviosismo a la ya sobrecogida mente de Elys.
-Niña, un gran peligro te acecha. Tu vida pende del hilo del destino.
Las palabras de la vieja mujer afectaron a su corazón como un veneno.La sola idea de pensar que aquella horrible profecía podía ser cierta le ponía la piel de gallina.
Insólita. Así se describía perfectamente la situación.
Elys intentó organizar su cabeza, buscando una explicación lógica.Quizás eran los desvaríos de una desequilibrada mental.
SÍ.Debe ser eso...se tranquilizaba asi misma.Pero dicho pensamiento se desvaneció como el humo.
El cuervo. Siempre era sabido que los cuervos eran mensajeros de desgracias, pero entonces no lo había tomado en cuenta.
La adolescente comenzó a marearse.Todo eso la desconcertaba.
Al ver su expresión de terror, la anciana recobró la compostura:
-¡Ah , casi lo olvidaba!¿Vienes a recoger los pasteles ,cierto?
Elys asintió lentamente.La mujer caminó hacia la cocina. Junto a esta se encontraba una puerta que daría acceso a la pastelería de la señora Blurry.
Le entregó los pasteles y la condujo a la puerta. La desorientada chica salió lentamente de la casa, con un montón de dudas invadiendo su cabeza.
-Feliz festival de verano Elys, nunca mires atrás-.murmuró la señora Blurry.Acto seguido la puerta se cerró de golpe.
Un viento gelido peinó su pelo , produciendole un escalofrío que le recorrería la espina dorsal.
Se alejó lentamente de la enigmática casa.