El caos estaba servido. La gente empezó a correr en todas las direcciones posibles para refugiarse en sus casas. Elys intentó agarrar la mano de Narisse, pero una ola humana se la llevó, dejandola sola y desconcertada. Miró en todas direcciones, descubriendo a los causantes de tal atrocidad. Una bandada de orcos miraban con satisfacción el terror sembrado en el pueblo.
Elys ya había oído hablar de ellos:son criaturas poco inteligentes, fáciles de manipular y dotados de una gran fuerza. A veces formaban grupos, o se dedicaban a hacer el trabajo sucio de nigromantes o conspiradores. Sicarios, o a veces simplemente bárbaros saqueadores. Su localizacion era siempre indefinida.La muchacha corrió en busca de su familia , abriendose paso entre la histerica multitud. Uno de los orcos, el que parecía ser el cabecilla, tenía una antorcha en la mano, con la cual empezaría a quemar todas las casas y cualquier objeto/persona inflamable que se le cruzase por el camino. Advirtiendo esto, la chica prefirió ir detras de las casas para evitarse el encuentro de estos.
Callejeando entre las sombras llegó hasta su casa, observando con horror el dantesco escenario que tenía ante sus ojos. Los horribles jinetes se abalanzaban sobre sus victimas , blandiendo el hacha que acabaría con sus vidas. Las llamas devoraban todas las casas que había cerca de la de Elys, incluyendo la suya.
Una figura familiar luchaba desesperadamente contra una de esas enormes criaturas. Era Anglyos, defendiendo lo poco que quedaba de su hogar, con las pocas fuerzas que le quedaban.
Era fuerte,pero no sufieciente en comparación a un orco.
Elys sentía las lágrimas a punto de aflorar:
-¡¡PAPAAA!!-.Gritó en busca de alguna respuesta esperanzadora.
-¡ELYS, BUSCA A TU MADRE, AYUDALA!¡CORRE!-.
Quería quedarse con él, hasta el último momento, pero debía ayudar a su madre y a su hermana.
El fuego impedía el acceso a la casa , pero la desesperación la hizo atravesar los pocos espacios no ocupados por las llamas.Subió las consumidas escaleras. Subió lo mas rápido que pudo,pero las tablas se vencieron.Se agarró al unico trozo consistente y acabó el tramo. Ya no podía volver.
Entró en la habitación. Divisó a su madre y a su hermana al otro lado de esta. Pero una gran viga de madera las separaba:
-¡Mamá tenéis que salir de aquí,rápido!
La niña se abrazaba con fuerza al cuello de su madre, esta le respondió:
-No Elys, es imposible. ¡Debes huir , deprisa!
-¡No quiero!-.lloraba.
-Elys debes huir. Toma este collar, y pase lo que pase, a partir de ahora, llevalo contigo siempre.
Desconcertada y frustrada alargo la mano. Sabía que era la ultima voluntad de su madre, y no se la iba a negar.
Otra viga se interpuso entre ellas. El acceso era imposible. El fuego cada vez era mas abundante. La impotencia le comía las entrañas.
Cuando creía que su fin ya era cercano, vió la ventana. Era su ultima opción.
Sin pensarselo saltó, aunque los 5 metros que le separaban del suelo en esos instantes, suponiesen la vida o la muerte.