Capitulo 1:un nuevo amanecer

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Seis de la mañana.

El canto anuncia la llegada del sol desde del este. Elys odiaba ese estúpido gallo, de hecho odiaba tener que levantarse temprano.

Elys Lilium era la hija mayor de una familia humilde. Su padre Angylos era el herrero del pueblo, respetado y querido por todos. Su madre Isiana debía encargarse de las tareas del hogar , al igual que su hermana pequeña Mara y ella.

A Elys le tocaba jugar su papel desde que era pequeña, y aun así, todavía odiaba oir aquella maldita ave todas las mañanas.

La chica se levantó con gran lentitud de la cama.Se sentó al borde de esta, y posó los pies en el frío suelo de madera, lo que le provocó un escalofrío.Se dirigió al espejo, se lavó la cara y las manos en la pila de agua. Intentó peinar su indomable pelo castaño cobrizo, para su sorpresa esta vez lo consiguió y no tuvo que recogerselo en una coleta alta como hace la mayoría de los días. Se puso su camisa, su falda larga y sus botas de cuero. Su madre no veía correcto en una niña llevar botas de cuero , ya que según sus creencias no era propio de una señorita, sin embargo su padre decía lo contrario:

"-Deja a la niña llevarlas, le hace ser diferente a las demás, con ellas pisará fuerte en esta vida."

La muchacha bajó las escaleras hasta llegar a la cocina.Allí estaban su madre traginando, y su hermanita desayunando.

-Buenos dias mamá-. Saludó Elys a su madre, plantandole un beso en la cara.

-Buenos días hija.

La chica se sentó en una de las sillas de madera:

-Buenos días princesa.- dijo Elys acariciando la cabeza de Mara.

-¡Buenos días Elys!-. Respondió la chiquilla alegremente, mientras se llevaba un trozo de pan a la boca.

-Elys cuando termines el desayuno tienes que ir a alimentar a los gansos, despues quiero que recojas unos pasteles que le encargué a la Señora Blurry.

No.Mierda....Pensaba Elys para sus adentros."Bien...el día empieza estupendamente..." La adolescente detestaba dar de comer a los gansos, eran insulsos e impacientes, no la dejaban tirar los ultimos granos de pienso cuando ya se habían comido los primeros. Y luego la señora Blurry...Esa mujer era rara, siempre la miraba con cara de intriga, y pocas veces podía entablar una conversación medianamente normal, ya que esta acababa hablando o murmurando ella sola.

-Sí madre.-puso cara de disgusto.Intentó darle coba a su desayuno pero le sería inutil, tarde o temprano tenía que hacer su labor.

Abrió la valla del corral:

-Venga animalejos, hora de zampar.

Para su sorpresa los gansos no se abalanzaron sobre ella. Al contrario, no tenían muchas intenciones de comer.

Era muy extraño, estaban revueltos e intranquilos, eran como si tuviesen miedo de algo. De repente sintió que alguien le observaba. Alzó la cabeza y vió por fin de que se trataba:sobre el viejo poste de roble había un cuervo.

El animalillo la miraba con sus pequeños ojos negros,oscuros como una noche sin luna mientras ella le sostenía la mirada nerviosa.

A veces los cuervos les daba por atacar a las personas, pero no fue así, para alivio de la chica.

Elys esparció unos granos mas y salió de ahí. La prensencia de aquellas aves aturdidas e impredecibles no la producían buenas sensaciones.

Se dirigió hacia la casa de la señora Blurry. Mercaderes gritaban generosas ofertas sobre sus increibles productos. La calle estaba llena de gente. Hoy en especial era el festival de verano. Adultos y niños, todos colaboraban con la decoración. Farolillos, cintas de todos los colores...

-¡Buu!-.Sintió una punzada de cosquillas en los riñones.

-Como no, la tonta de Narisse.-dijo Elys:le apetecía devolverle la broma.

La chica de pelo y ojos miel fingió una mueca de enfado, pero no pudo aguantarse la risa y enseguida se abrazaron.

-¿A dónde ibas?

-A casa de la Sra.Blurry-.puso cara de asco.-Tengo que recoger unos pasteles que le encargó mi madre...

-Uhhh...

-Por cierto Narisse, ¿te dejarán hoy hasta tarde no?-.Preguntó esperanzada Elys.

-Eso es tan probable como que un elfo se presente en mi casa.-Elys puso los ojos en blanco.Por favor, tenían dieciseis años.Si no les dejaban almenos un poco de libertad esa noche no la tendrían nunca.

-Se en que estas pensando Elys, intentaré convencer a mis padres¿Vale?-. Las palabras de su mejor amiga la convencieron y tranquilizaron al mismo tiempo.

-Bueno, yo también tengo que hacer recados ¡Nos vemos esta noche!

-¡Hasta esta noche!

Elys estaba entusiasmada. Una noche con total libertad junto a su mejor a mejor amiga, ¡sería genial!

Sin embargo un sentimiento de inquietud afloraba inexplicablemente en su interior.

Tales of CasteniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora