«¿Dónde has estado?»

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"¿Recuerdas cómo sabías mi nombre antes de que el mundo se interpusiera entre nosotros?"

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"¿Recuerdas cómo sabías mi nombre antes de que el mundo se interpusiera entre nosotros?"

–Easy, Tokio Hotel.

Taehyung adentró el cuerpo en su habitación e inhaló con fuerza, el olor a flores del producto de limpieza que su madre compraba regalándole algo de confort. Rascó su cuello por dentro del collarín, mientras chasqueaba por lo incómodo que era el mismo. Dejó la pequeña maleta de ropa que sus padres le habían llevado al hospital en el piso y sus orbes viajaron fugazmente a su cama, donde se posaba la sudadera del que, –supuestamente–, había vuelto a ser su novio, perfectamente doblada.

Los ojos le picaron y meneó la cabeza en un intento de olvidarse de aquel pequeño detalle. Porque Jeongguk no lo había ido a visitar ni un solo día de los quince que estuvo en el hospital. Y a ser verdad, esperaba más de él. El azabache había insistido tanto en que regresaran a ser una pareja, pero para haberlo ansiado tanto, no había hecho mucho para asegurarle que estaba ahí, con él y para él.

Los quince días en el hospital habían sido una mierda, a palabras de Taehyung. El día que recobró la consciencia, el dolor había sido tan insoportable que habían tenido que mantenerlo sedado. Sus padres se deshacían en lágrimas cada vez que el chico se deshacía en quejidos adoloridos. Los doctores habían tenido que intervenir de forma quirúrgica debido a la gravedad de las heridas en el brazo izquierdo y Taehyung tenía la suerte de ser ambidiestro, porque de lo contrario, el chico pasaría un infierno cuando tuviese que realizar actividades.

Resopló y se encaminó al baño. Un baño era lo que necesitaba. Sí. Un baño. Así que al llegar a la tina, se encargó de que esta se llenara con agua tibia mientras vertía jabón para que burbujas se levantaran. La observó llenarse hasta la mitad, cuando escuchó ruido en su habitación. Rodó los ojos, cerró la llave y salió del cuarto de baño, para encontrarse con un Jeongguk ojeroso y avergonzado parado junto a la ventana. El castaño afiló la mirada.

–Tae...hyung. –dijo, pausado y en un hilo de voz, con un sentimiento de culpa que el mayor no se creyó.

–Jeongguk. –le llamó. –¿Qué haces aquí? –inquirió, impasible, pero con la mirada afilada, casi atravesando la del otro con navajas.

–Supe que habías regresado y quise venir a verte. –comentó y Taehyung esbozó una sonrisa irónica.

–¿Ahora sí te apareces? –inquirió y Jeongguk mordió su labio inferior, nervioso. –Jeongguk, puedes irte. No necesito que estés aquí.

–Tae, yo... –dijo y caminó hacia su ¿novio? para tomarlo del brazo, pero este se alejó del toque, su espalda resintiéndolo y haciéndolo esbozar una mueca de dolor.

–Vete. –pidió. –Por favor.

–No, Taehyung, por favor. –pidió. –Al menos deja que te ayude a asearte.

I Still Fucking Love You [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora