Abrió los ojos azules y lo primero que vio fue un techo de metal combado. Se sorprendió y trató de recordar por qué estaba en un lugar desconocido y cómo había llegado hasta allí.
Recordó la explosión y cómo toda la ciudad había volado por los aires, revivió su miedo por Asher, su novio, y su familia; vio cómo el techo de su casa caía, escuchó su grito de terror y sintió el dolor cuando los escombros cayeron sobre ella. Pero lo siguiente que recordó fue una paz balsámica, que recorría su maltrecho cuerpo e inmediatamente después se sumió en la oscuridad.
- Buenos días, princesa.-dijo una voz arrogante-. ¿Has dormido bien?
- ¿Quién eres tú?-balbuceó la chica-. ¿Dónde estoy?
- Soy Jackson y estás en mi casa.
- La explosión... ¿ha sido un sueño?
- No, princesa, hemos vivido el Apocalipsis. Y es muy extraño que hayamos sobrevivido, me temo que dependemos el uno del otro, seguramente nos estarán buscando.
- ¿Quiénes? ¿Por qué?
- Los DARDOS, ellos han causado esta hecatombe y querrán matarnos porque solo así podrán dominar La Tierra a su antojo.
- ¿Dónde está Asher?
- No sé de quién hablas, pero es bastante evidente, tu chico está muerto. Y ahora, ¿serías tan amable de decirme tu nombre? ¿O tendré que llamarte princesa?
- Me llamo Kya.
La chica se incorporó y observó a su salvador. Tenía el pelo negro hasta los hombros y sus ojos eran azules en la parte exterior del iris y dorados en la más interna. Según recordaba, a aquello se le llamaba heterocromía central. Su cara era angulosa y su mentón estaba decorado con una barba corta, su torso tostado por el sol estaba al descubierto y parecía esculpido en piedra, con un asomo de vello que subía desde sus caderas.
Jackson, por su parte, también se detuvo en observarla con atención. Su hermosa y curvilínea figura estaba poco cubierta con ropa, tan solo con una camisa que transparentaba y unos pantalones desgarrados. Su cabello rojo fuego era ondulado y le caía hasta el pecho, sus ojos eran azules y su piel pálida.
- ¿Por qué me has traído a tu casa?
- Eres la única sobreviviente, no podía dejar que murieras. Llevas semanas en coma y temía que no fueras a despertar nunca.
- ¿Qué me ha pasado?
- Cuando te encontré tenías roto un brazo y una pierna, además de una herida profunda en la sien. Te cogí y te traje aquí, para curarte.
- Quiero irme a casa.
Jackson observó los ojos de la chica llenarse de lágrimas, pero su duro corazón no se ablandó. La observó como si examinara un experimento, con curiosidad, pero no se acercó a consolarla.
- Tu casa está destruida, al igual que todo. Estamos en un mundo post-apocalíptico, no queda con vida nada de lo que hemos conocido.
- ¿No echas de menos tu casa?-le preguntó entre sollozos.
- No.
- ¿Y qué hay de tu familia? ¿No les extrañas?
- No.
-¿No amabas a nadie?
- No.-luego añadió-. Soy un ser solitario, princesa.
- Llévame a casa, por favor.
- Tu casa está en Nueva York y lo único que queda de esa ciudad son ruinas.
- Tengo miedo.
La joven extendió sus dedos y aferró la mano del chico, cosa que hizo que el cuerpo de Jackson se tensara y se desprendiera rápidamente de su contacto.
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DARDOS de Fuego (Pausada)
Ciencia FicciónLos DARDOS han observado su mundo desde hace años, esperando el momento oportuno para provocar el Apocalipsis y exterminar a los humanos. Kya despierta en una Tierra post-apocalíptica y su única forma de sobrevivir es confiar en el misterioso y arro...