Give me a chance. -Justin Bieber y Tu- -FanFiction- (Terminada.)

Capitulo setenta y nueve.

Capitulo setenta y nueve.

 

“No tienes por qué gritar cariño, no te hare daño.” Su voz potente me hizo temblar.

“Por favor, John.” El dolor en mi brazo comenzaba a doler con el paso de los minutos. Entre lágrimas divise la herida roja que me había producido con el cigarrillo.

“Sh, se hará rápido y prometo lo disfrutaras.” Sus manos tocaron mi intimidad y pronto sentí dos dedos entrar en mi tan fuerte que di un brinco sobre la cama queriendo liberarme pero era imposible mi manos había sido sujetas con una cuerda blanca al respaldo de la cama de mama. Sentí las cuerdas cortar mi circulación y pronto la sangre comenzó a hacerse notar ensuciando toda la cuerda blanca con un rojo oscuro. Llorisquee en mi sitio sintiendo mis muñecas arder. Su boca se hundió en mi intimidad, chille Sintiendo mi cuerpo temblar.

 

“Por favor, detente.” Rogué sintiendo mi garganta doler tanto gritar. Su mano impacto en mi mejilla haciéndome callar. Sentí mi rostro arder y solloce por lo bajo.

 

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“Vamos nena, sonríe.” Su mugroso rostro hablo viéndome por encima.

 

Mordisquee mi labio sintiendo las lágrimas correr como un mar en mi rostro y parecía no detenerse. John rio pareciendo divertido viéndome en aquel estado. Movió la cámara tomando todo mi cuerpo y luego la dejo a un lado, era tan malditamente morboso que El estuviese haciendo todo esto.

 

“Cariño.” Sentí su aliento mi oído, temblé. “Haremos la mejor película porno que hayas visto nunca.” Y luego de eso su respiración se sintió en mi ombligo. Llevo una mano a mi rostro, recorrió mi labios con sus dedos y luego sus dientes fueron los que remplazaron los dedos pero sin nada de delicadeza, tirando de labio con fuerza sentí la sangre en toda mi boca. “Deliciosa.” Mascullo divertido.

 

 

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Di un respingón en mi sitio cuando sentí la puerta del baño cerrarse.

 

“¿Mama? ¿Has llegado?” Grite.

“Ya quisieras, linda.” Y ahí estaba su voz nuevamente. Rápidamente me deje caer en la bañera, tomando mis rodillas y haciéndome un pequeño ovillo a un lado, como si de ese modo pudiese escudarme de lo que él iba a hacerme.

 

“Hora del juego sucio.” Canturrio abriendo la cortina del baño. Frunció el ceño, fingiendo preocupación. ”Oh cielo, ¿Qué es lo que sucede?” Se hinco delante de mí. Cerré mis ojos solo para no seguir viendo su mugroso cuerpo desnudo.

 

Negué sin gesticular ni una sola palabra, sentí las lágrimas mojar mi rostro, pero no permití que él lo viese.

 

“Cariño.” Volvió a decir. No obtuvo respuesta. “He dicho que, que sucede.” Y su agarre en mi cabello me hizo chillar, levanto bruscamente mi rostro.