Give me a chance. -Justin Bieber y Tu- -FanFiction- (Terminada.)

Capitulo ochenta

Capitulo ochenta.

Inspeccione todo el departamento viéndole tal cual lo recordaba hace una semana atrás cuando había salido disparada de aquí como si hubiese cometido un crimen increíblemente malo y el huir era mi única escapatoria cuando, de la única persona que estaba huyendo era de mi madre. Tom salto en mis pies en cuanto camine dentro, lo cogí en brazo, su lengua mojo mi mejilla varias veces con felicidad. Le había extrañado a él también.

Sentí la puerta cerrarse detrás de mí y pronto vi pasar a mi madre por un lado hacia la cocina, coloco dos tazas de café caliente junto con algunas tostadas y mermelada. Estaba claro que ella sabía muy bien que hoy estaría en la casa.

“Gracias.” Musite apenas audible. Deje ir a Tom y cogí asiento en frente de ella. Ni si quiera me moleste en llevar la maleta hasta mi habitación, todo lo que había hecho en cuanto mi madre me abrió fue verle por varios y eternos segundos hasta que ella se apartó a un lado para darme paso, sin musitar ni una palabra y hasta el momento aun no generábamos ningun tipo de conversación.

Clarise tomo asiento en frente de mí en el desayunador y revolvió en su taza de café para luego dejar la cuchara de metal a un lado y darle un sorbo, sus ojos no se apartaron de los míos en ningún momento y todo lo que podía leer en sus pupilas era un ‘¿cuándo comienzas a hablar?’ pero nuevamente las palabras no se formaban en mi cabeza como para si quiera poder gesticular una oración. Todo parecía como aquel día después de coachella cuando tuve que enfrentar a mi madre luego de las noticias que salieron relacionadas a mi ‘enamoramiento y en parejamiento’ con Justin Bieber. Bueno, esta situación no era diferente, estábamos hablando de casi lo mismo porque, mi madre no era tonta estaba más que claro que ella sabia que mi semana no había sido solo estar con mis abuelos, las noticias vuelan cuando estas con una persona reconocida mundialmente como lo era Justin de eso no cabe duda. Sabía que una grande me esperaba pero estaba dispuesta a afrontar cualquier cosa ya era hora de que mi madre por fin notase que ya no era una  cría de cinco años como ella me hacía querer parecer, había crecido, tenía dieciocho estaba a punto de cumplir diecinueve y era hora de que estas constantes peleas por el mismo tema se terminaran de una vez.

“Dime que quieres saber.” Fue todo lo que me limite a decir en cuanto el juego de miradas y el silencio impregnaba la habitación.

Enarco ambas cejas y dejo la taza de café a un lado uniendo ambas manos sobre la mesa. Sus ojos bailaban de un lado a otro aprestando atención a cada movimiento y expresión de mi rostro.

“Tu dime, ¿de dónde crees que quiero saber?” Su tono no había sonado tan dulce como esperaba que lo hiciese, por el contrario era irónico, frio y cortante.

“No lo sé.” Me encogí de hombros. “Ha sucedido mucho esta semana.”

“Lo he visto y por televisión.”

Lo que suponía. “¿Eso quiere decir que quieres hablar acerca de Justin?”

“No realmente. En realidad, quiero que me hables de todo, empezando por esa idea de escaparte a mis espaldas teniendo en cuenta que creo que tenemos o teníamos un lazo de confianza madre- hija.”

¿Había dicho teníamos? Eso no se sentía genial, dolía en mi pecho como millones de alfileres incrustándose en mi corazón y tenía este presentimiento desde que toque el piso del edificio que esta conversación no terminaría bien.

“No te lo mencione porque sabía que tu respuesta seria un ‘No’ rotundo.”

“Y lo sigo manteniendo de ese modo.” Me corto.