Cinco.
[Agosto, 2000]
—¡CRUCIO!
Sin pensarlo, se echa a un lado y cubre su cabeza con los brazos. La maldición estalla sobre la pared, destrozándola. Pedazos de ladrillo y concreto caen sobre sus extremidades expuestas. El dolor es inmediato, pero no hay tiempo para lamentarse porque escucha los pasos del mortífago aproximándose.
Respira hondo y sale de su escondite con la varita en ristre. No lo piensa dos veces y, sin que el hombre tenga la oportunidad de defenderse, grita y el hechizo que sale de su varita le da de lleno en el pecho. Él cae, inconsciente y Hermione se levanta con lentitud.
—Incárcero —susurra y gruesas cuerdas salen de su varita para aprisionar al mortífago inerte. Suelta un suspiro de alivio, pero, casi de inmediato, escucha otra explosión y un grito lastimero.
Se arremanga la túnica y sale de su escondite, con la varita de Bellatrix lista para atacar o defender si es necesario. La emoción recorre su cuerpo mientras inspecciona los alrededores con avidez, esperando encontrar otro enemigo con el que luchar. Ha pasado mucho tiempo —varios meses— desde que estuvo en una batalla real y nada la hace más feliz.
Pronto, descubre a Harry batiéndose en duelo con un mago de aspecto brutal que le es aterradoramente familiar.
—¡Confringo!
Harry conjura un encantamiento protector a tiempo y se salva, pero la fuerza del hechizo de Rodolphus lo hace tambalear. El mortífago abre la boca mientras agita su varita, con un brillo frenético en los ojos, tiene la intención de acabar con el muchacho en esa momentánea ventaja, sin embargo, Hermione es más rápida.
—¡IMPEDIMENTA! —grita y el haz de luz impacta en el pecho del mortifago, justo dónde tiene el corazón. Rodolphus cae hacia atrás, en cámara lenta, y Harry se encarga de darle el golpe final mientras se hace con su varita.
Su corazón late desesperado, enloquecido, frenético. Siente que está cerca, muy cerca de cumplir su objetivo, y la emoción se desborda en su interior. Se acerca al mortífago dando grandes zancadas y, sin titubear, lo apunta con la varita.
Él la mira fijamente y, luego, sus ojos bajan y se detienen en el palo de madera que blande como si se tratara de una espada. La estridente risa que sale de sus labios resuena por todo el lugar.
—¿Dónde está ella? —pregunta Hermione en voz alta, para hacerse oír por encima de las carcajadas del mortífago. Él la ignora por completo y la rabia le hierve la sangre. Sin pensarlo, mueve la varita bruscamente y un profundo tajo aparece en la mejilla de Rodolphus. La sangre empieza a brotar por su herida abierta.
—¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que tienes, sangre sucia? ¿Es lo mejor que puedes hacer con esa varita? —se burla Rodolphus.
Su mano tiembla furiosamente, pero, antes de que pudiera lanzar cualquier hechizo, Harry se adelanta y la sujeta firmemente por la muñeca.
—Vamos a interrogarlo en el Ministerio —dice con calma.
Pero Hermione no puede esperar.
—¿Dónde está ella? ¿Dónde está escondida?
Él no responde, pero suelta una carcajada desagradable que hace que se le retuerzan las tripas. La rabia se apodera de sí e intenta atacarlo, darle un escarmiento, demostrarle que no está jugando, pero es inútil. Harry es más fuerte que ella y la obliga a bajar el brazo.
Cinco aurores, aparecidos de la nada, se acercan corriendo hacia ellos mientras hacen docenas de preguntas sobre su estado, pero ellos no responden. Los ojos verdes de Harry están clavados en su rostro y la miran con dureza.
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La caza | BELLAMIONE
FanfictionBellatrix sobrevive a la Batalla de Hogwarts. Hermione está decidida a ir tras sus pasos.