Reunir Al Equipo; 3/8

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Jisung era un chico normal, bueno, casi pues con un movimiento de golpe podía llamar a una puerta que lo llevaba a un espacio en blanco interdimensional lleno de puertas misteriosas, que podía usar como espacio de almacenamiento, refugio o atajo también, pero era extremadamente peligroso ya que no sabía que podría encontrarse allí y podría perderse fácilmente.
Sin embargo, si ignorabas eso, era un chico normal al que le gustaban las películas de terror, el chessecake, los videojuegos, tenía un quokka de mascota y un futuro prometedor. El único problema era su familia, nunca lo trataron muy bien por el hecho de que a veces abría puertas a dimensiones peligrosas y podía llegar a meterlos en problemas.

Sus padres una vez entraron con él al "pasillo dimensional" y le hicieron marcar con un trozo de carbón las puertas que si podía cruzar y las que no, eso no le gusto. Él quería ser libre de poder ir con su poder a donde le dé la gana, no quería tampoco que sus padres estuvieran metidos en su vida, ¡Ya tenía dieciocho años!, No era un bebé, podía cuidarse solo.

Por eso mismo un día, mientras sus padres hacían las compras y su hermana hacía su tarea, decidió entrar a todas las dimensiones que se le ocurrieron, tenía permitido solo una por día pero al diablo, no había nadie para controlarlo y seguramente ya no lo habría más. Podía vivir tranquilamente en la mayoría de dimensiones, eran tranquilas y pacíficas así que no habría problema.

-- ¿Me acompañas? --cuestionó hacía su amiguito marsupial, este le sonrío tiernamente-- lo tomaré como un sí --sonrió y tomó al animal en sus manos

Abrió la muy conocida puerta celeste y entro al pasillo lleno de puertas, fruncía el seño y bufaba al ver las escrituras que algunas tenían pero finalmente se decidió por entrar a su dimensión favorita primero, la dimensión "Oasis".

Esa dimensión, tal y como él la había apodado, era simplemente un oasis flotante con un cerezo, pasto verde y fresco, flores y un pequeño lago en el centro. Alrededor se veía el cielo celeste y las nubes blancas y esponjosas, ahí había un pequeño campamento que él mismo había dejado en una excursión con su hermana, antes de que sus padres le digan que era algo "malo" lo que hacía.
Se sentó en la entrada de la carpa que estaba bajo el cerezo y dejó que su amigo corra y brinque libre por ahí, un par de animalitos se le acercaron curiosos al verlo por ahí devuelta pero no molestaron.

Él realmente quería vivir allí, todo era muy bonito y tranquilo, estaba en perfectas condiciones para que una persona viva ahí, solo debía construirse una pequeña casa, llevar semillas para cultivar y podía ir a otras dimensiones para conseguir comida y agua en cualquier momento, no había ningún inconveniente en su plan.

-- ¿Vamos a pasear? --preguntó al marsupial, viendo como estaba bebiendo agua-- podemos ir a la dimensión moo-moo, Peppy debe extrañarnos --ofreció

Juntos salieron de esa dimensión, prometiendoles a los animalitos que iban a volver, y se fueron a la dichosa dimensión moo-moo, una de las pocas habitadas que conocían. La dimensión moo-moo era como un campo, pero no vivían humanos, allí vivía una especie llamada Gangan, eran raros pero amigables, eran muy amables con los pasajeros y los visistantes.

-- ¡Jisung, Hanquokka! --escucharon entre medio de "las vacas" de moo-moo

-- ¡Peppy noona! --aceptó el abrazo que la Gangan le daba

-- ¿Kiomo hais eistado? --preguntó contenta, los Gangan tenían una forma algo rara de hablar

-- bien, ¿Y ustedes? ¿Que novedades hay? --preguntó alegre

-- pues lois Milkitanki eistan seicos pior el siusto diel hombie mailo --explicó bufando

-- ¿El hombre malo? --preguntó preocupado

ᴍɪʀᴏʜ ʀᴇꜱᴇᴀʀᴄʜ ᴄᴇɴᴛᴇʀ《Straykids》PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora