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N/A : Cúando el texto esté escrito así (Stay), es porque
Jeongin está hablando con lenguaje de señas.

                                          
                  
                       
──¡¿Jeongin?!, ¡¿Jeongin?!.── gritó la mujer, más el otro fingió no oírla a pesar de que estaba usando sus auriculares.── ¡Yang Jeongin, te estoy llamando!

──¿Qué necesitas?.

─Me desagrada que hables con señas en casa, por favor vuelve a hablar.

Creí que ya habíamos hablado este tema mamá, ¿qué ocurre esta vez?.── la mujer esbozó una mueca a lo que el chico negó con su cabeza agotado.── no volveré a hablar, tenlo más que claro mamá.

──¿Algún día nos dirás por qué no quieres volver a hablar?.

No.

──Llevo años intentando saber que ocurrió aquel día, ¿por qué no quieres decir nada?.── el chico ignoró las palabras de su madre, la mujer prosiguió al no ver respuesta.── agh, como quieras, recuerda que hoy tienes hora con el psiquiatra.

──Lo haré, gracias.

──De nada.

La mujer se retiró de la habitación del menor claramente molesta, el chico sólo siguió con su lectura que se había visto abruptamente interrumpida por su madre, el libro estaba realmente interesante y necesitaba saber con urgencia que ocurría con aquel trágico amor entre ambos protagonistas. Media hora después su madre llegó avisando que era hora de ir al psiquiatra, el chico cambió su pijama por un conjunto cómodo de ropa y bajó para subirse al auto de su madre mientras leía en su teléfono e intentaba peinar su rebelde pelo teñido de rojo.

Veinte minutos después se encontraban al otro extremo de Seúl fuera de la consulta privada en la que atendía su psiquiatra de años, quien conocía a la perfección todo el historial médico de su mejor paciente, el chico se despidió con sus manos de su madre y le prometió enviarle un mensaje si prefería ir a visitar algún lugar antes de volver a casa. Entró al lugar saludando con una leve inclinación a las personas del lugar, quienes conocían su situación y la comprendían a la perfección, esperó pacientemente a que el doctor le diera el permiso de entrar a su oficina y cuando éste lo hizo, se encontró que el simpático hombre de 40 años sostenía un pequeño pastel rosado con dos velas encima que formaban el número 17 y comenzó a cantar junto a los demás del lugar la típica canción de feliz cumpleaños.

Jeongin agradeció a todos con una linda sonrisa y sus ojos cristalizados, nunca le habían hecho una sorpresa de ese tipo, ni siquiera su propia familia, quienes sólo lo saludaban y se tomaban una foto familiar sosteniendo pesadas sonrisas falsas en ella. El doctor lo hizo pasar para servirle un pedazo de pastel y así poder iniciar con la sesión del día de hoy, hablaron un poco antes de llegar al principal punto de la terapia de Jeongin, el chico llevaba más de diez años sin poder hablar con fluidez, el psiquiatra Kim era el único que sabía cual era la voz del menor ya que éste le hablaba aunque fuera una mínima palabra cuando la situación lo requería.

──¿Qué tal ha estado tu semana Jeongin?.

──Bastante normal, alistando mis cosas para el nuevo semestre de clases.

──¿Cómo te sientes al respecto con ello?.── el menor esbozó una mueca, el hombre de 40 suspiró sabiendo la respuesta.── ¿no quieres volver, verdad?.

──No.

──¿Temes a que ellos puedan volver a agredirte este año?.── el pelirrojo asintió.── ¿puedes decirme qué pasó el último año antes de las vacaciones por favor?.

Talk Me | HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora