Talk Me | Hyunin

06

La primavera estaba llegando y Jeongin lucía emocionado por disfrutar y admirar el florecer de las múltiples flores que adornaban las calles de Seúl, Hyunjin seguía a su novio que brincaba felizmente mostrándole cada fotografía que había tomado en el parque que habían estado minutos atrás. Hoy era un lindo día sábado en donde ambos chicos habían planeado tener una agradable tarde romántica para disfrutar el fin de semana y olvidarse de la escuela por algunas horas, había sido una semana difícil y agotadora gracias a los múltiples exámenes que ambos debieron hacer durante aquellos días.

La siguiente parada en aquella tarde era la cafetería favorita de Jeongin, un lugar totalmente acogedor y agradable en el cual el pelirrojo se divertía bebiendo una malteada de chocolate que era especialmente preparada por la anciana encargada del lugar, quien le tenía un gran cariño a su cantante favorito de Trot. Hyunjin conocía a la perfección el lugar gracias a su acompañante y se divertía pasando sus tardes en él pero durante la última semana el pelinegro había estado actuando bastante extraño y distante con todos, preocupando un poco a todos aquel que lo rodeara incluyendo a Jeongin.

Yang se preocupado por él, le preguntó que estaba pasando pero el pelinegro se negó a contarle para no preocuparlo de más, obviamente el menor algo curioso por descubrir la verdad comenzó a prestar más atención a todas las actitudes que tenía el mayor para ver si podía necesitar ayuda en algo. Hyunjin lucía tenso y nervioso cuando miraba su teléfono, lo revisaba constantemente y a menudo parecía perdido cuando se quedaba metido en sus pensamientos por largos minutos como lo estaba haciendo en esos momentos, Jeongin al principio le molestaba pero ahora temía por como los ojos del pelinegro se apagaban lentamente cuando aquello sucedía.

──Hyunjin, ¿está todo bien?.── el mayor asintió, ya comprendía mejor el lenguaje de señas.── ¿a dónde te fuiste esta vez?.

──A ninguna parte, sólo pensaba en un tema para el próximo examen.── Jeongin asintió nulamente convencido, Hyunjin cambió el tema.── ¿Quieres o necesitas algo?.

──La señora Park vino a pedir nuestra orden hace unos minutos y tú la ignoraste por completo.── contó.── no preguntó mucho así que le pedí mi malteada especial y un ice americano para ti.

──Debe pensar que soy un maleducado por haberla ignorado, lo siento tanto.── expresó el mayor, Jeongin esbozó una sonrisa al ver como la anciana venía con sus pedidos a espaldas de Hyunjin.── tendré que pedirle una digna disculpa por haberla tratado así.

──No te preocupes por eso chico, comprendo perfectamente que llegué en un momento de análisis mental.── habló la anciana dejando los pedidos respectivos en la mesa.── no fuiste un maleducado, sólo no estabas atento, eso es todo.

──Usted es maravillosa señora Park, gracias por entender y una disculpa por lo sucedido.

La anciana sonrió en grande, aquellos chicos le hacían recordar mucho a su nieto y su mejor amigo cuando eran jóvenes y aún podían visitarla tranquilamente sin necesidad de preocuparse por la gran presión social a la que los expone la sociedad cuando son adultos. Jeongin y Hyunjin agradecieron a la anciana que se retiró rápidamente para dejar que ambos chicos disfrutaran tranquilamente lo que habían pedido.

Más tarde cuando la noche se avecinaba, Hyunjin y Jeongin caminaban hacia la casa del menor jugando divertidamente con sus manos tomadas mientras admiraban el atardecer de la ciudad, los padres del menor eran estrictos con los horarios y aunque les agradaba mucho el pelinegro, no podían darle completa flexibilidad con respecto a las salidas que ambos tenían. Una vez llegaron al porche de la casa, Jeongin abrazó al mayor que recibió gustosamente el abrazo y se separó lentamente del menor para llenarle el rostro con dulces besos que terminaron en uno tierno y romántico en los labios.