Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare.
Llévame a la roca que es más alta que yo,Salmos 61:2
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Las señales de vida de mi hermana desaparecieron, él aparato comenzó a sonar indicando que su corazón había dejado de latir.
Al ver esto, corri hacia ella y me aferre a su brazo...
- ¡Saray! ¡Saray! ¡por favor vuelve! - miré hacia el techo y grité con mucha fuerza - ¡Dios! ¡Regresame a mi hermana! ¡por favor! ¡no te la lleves!
- ¡Denisse! - Josh apareció por la puerta y se acercó a mi - ¡Lo siento tanto! - me dijo y me abrazó fuertemente.
Un abrazo era lo que necesitaba, necesitaba saber que había alguien a mi lado que me sostendría.
Yo lloraba, en mi corazón había un dolor tan intenso...no puedo explicar lo que estaba sintiendo en esos momentos.
Era como si una parte de mi hubiera muerto.
Saray, mi hermana, mi pequeña hermana...ya no estaba....
Me preguntaba cómo seria mi vida sin ella, como podría seguir adelante sabiendo que ella ya no está...
Los doctores nos sacaron de aquel lugar.
Al llegar a la sala de espera mi madre venía llegando...
- ¡Denisse hija! ¿Cómo está tu hermana?
- mamá...- comencé a llorar y me lancé sobre sus brazos - mamá Saray...Saray murió
- ¿¡qué!? ¡no, no, no, eso no puede ser cierto! ¡mi hija no! ¡no no! - cayó de rodillas al suelo
- ¿has hablado con papá? - le pregunté entre sollozos, la última vez que yo le había hablado fue cuando le dije que Sara estaba en el hospital.
- yo, solo le dije que Sara estaba enferma y dijo que pronto vendría...Debí avisarle antes, ahora ya es tarde...
Abracé a mi madre y juntas lloramos.
Más tarde llegó mi padre.
- ¿cómo está Saray? - preguntó, mamá y yo nos miramos y solo bajamos la mirada.
Bastó ese gesto para que Papá entendiera lo que había sucedido.
Pusó sus manos sobre su cabeza y comenzó a caminar sobre todo el área.
Luego regresó a donde nosotras estábamos sentada, se arrodilló frente a mamá y le dijo:
- lo siento tanto, todo esto es mi culpa...
- no te culpes, su enfermedad estaba muy avanzada ya...- le respondió ella
- no, no lo entiendes, esto es culpa mía, él me dijo que si no me arrepentía se la llevaría....es mi culpa, es mi culpa por haberlas abandonado...- comenzó a llorar
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EN MEDIO DE LA TORMENTA
SpiritualEstar cerca de Dios no significa que nunca pasaremos por tormentas, pero si podemos estar seguros de que al estar Él en nuestra barca, Jamás nos hundiremos... En medio de la tormenta, podemos confiar en que Jesús tiene el control.... @Vania Arambula...