Capítulo XXV

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Antes de alzar el vuelo, Vegeta crea una especie de burbuja, principalmente para proteger a Bulma del fuerte viento. Y en segundos ya están volando.
Ella apenas y alcanza a distinguir cuando salen de la gran ciudad, debido a la velocidad en la que van. Minutos más tarde, Vegeta se detiene y ella visualiza el lugar. Hay algunas montañas, y el lugar está visiblemente deshabitado.
-que….que haremos aquí?
Pregunta ella un poco confundida. Vegeta desciende a una de las montañas. Una vez en tierra suelta su agarre de la cintura, ella desenrolla sus brazos.
-espera aquí
Pide él para inmediatamente volver a alzar el vuelo. Bulma frota sus brazos, tal vez debió traer otra chamarra más gruesa y larga. Ve a Vegeta en el valle próximo a la montaña donde la dejo.
La tierra empieza a cimbrarse y ella enseguida lo nota. De unmedisto entiende todo y sonríe. Una gran de energía cubre al príncipe, la cual empieza a sacar destellos dorados que cada vez se hacen más intensos.
El corazón de la chica late más a prisa, algunas lágrimas bajan por sus mejillas. Acaricia su vientre
-tu papá lo logró! Por fin pudo lograrlo!
El cabello del guerrero pasa de ser color ónix a un tono rubio. La energía que emana es inmensa. Él sabe que no puede excederse en su demostración pues terminaría lastimando a la única terrícola sobre este planeta que le importa.
Cierra los ojos para empezar a disminuir su energía. Transformarse en súper saiyajin es un cambio que aún le cuesta dominar, así que le toma unos minutos más regresar a la normalidad.
Bulma solo está expectante a lo que suceda después. Él alza el vuelo y regresa a su lado. Aún no termina de poner los dos pies en la tierra cuando Bulma corre hacia él para abrazarlo
-lo conseguiste!!
Grita sumamente feliz. A él aún le es difícil entender esos sentimientos terrícolas, y más cuando ella está llorando. Inicialmente él piensa que pudo haberla lastimado, pero descarta la idea al notar que físicamente esta bien… o no? Idea como preguntárselo sin demostrarle lo mucho que le importa.
-quizá debiste estar más lejos para no lastimarte…
-de que hablas? Estoy perfecta
-estas llorando
-awww es que…estoy muy feliz por ti, por que lograste tu objetivo
-no del todo, quiero ser el guerrero más fuerte del universo!
Ella se limpia las lágrimas. Suelta su abrazo, lo mira a los ojos con una sonrisa enternecida
-confió plenamente en ti, siempre lo he hecho
Demonios! Esas palabras desarman al príncipe, jamás nadie le había dicho eso. Ella está confiando en él y confiando le su vida entera! Tal parece que ese corazón de acero está logrando ser traspasado por una terrícola..  pero qué terrícola! Su belleza e inteligencia son únicas. Él a veces no es precisamente amable en sus comentarios y ella en cada uno solo le ofrece amor, cariño, comprensión, paciencia…
Muere por acariciar sus mejillas pálidas, níveas… ese color que a él lo tiene hipnotizado, pero su orgullo no le permite hacerlo.
Ella aprendió a leer entre líneas, y sobre todo descifrar esa mirada fría y a veces dura, que rara vez destella paz y amor. Lo que ella no sabe es que las únicas veces que destella esos sentimientos puros ella ha sido la causante y la única testigo.
Bulma acorta la distancia entre ambos. En un movimiento rápido él toma su delicada cara entre sus manos para acercarla por completo a su boca y devorar la a besos.
Muerde con delicadeza los rosados labios de ella, los chupa y acaricia con la lengua. Ella se limita a corresponder y jadear.
Nada más les importa que demostrarse su amor. La libido de ella se incrementa de un segundo a otro, solo él logra provocar ese exceso de deseo en ella. Quizá debiera tomar su cápsula donde viene la pequeña casa, pero prefiere que las cosas continúen así.
La recuesta sobre el césped y se acomoda sobre su cuerpo. Es increíble cómo hace unos minutos su energía era inmensa, destructora, capaz de aniquilar este planeta y ahora sea tan tierno y delicado con esa ninfa tan exótica que tiene debajo suyo, y a la cual desea poseer y cuidar eternamente.
*****
Bulma aún está recostada en el pasto, una sonrisa amplia, su cabello revuelto, sus mejillas sonrojadas y completamente desnuda de la cintura hacia abajo, aunque su chamarra le alcanza a cubrir más arriba de los muslos. Disfruta de la luz de los primeros rayos del sol que empiezan a aparecer.
Vegeta, por su parte, está sentado terminando de acomodarse su traje de batalla.
-es maravilloso, te das cuenta?
-que?
-el amanecer, tu compañía, hacer el amor aquí en la  naturaleza…
-no es la primera vez que sucede...
-Vegeta! Estoy sensible -menciona ella incorporándose un poco -el embarazo igual me tiene así
-…
-no dirás nada?
-estoy bien
Ella se levanta y va hacia él
-yo también lo estoy, a tu lado más
Le da un pequeño beso en los labios
-iremos a casa?
Pregunta ella, empezando a vestirse
-yo necesito entrenar
-oh, ahora entiendo lo de la nave
Encoje sus hombros, termina de vestirse y de nuevo se acerca a él
-me darás un abrazo?
-ya te dije que no acostumbro a hacer esas cosas
Ella resopla, se gira para caminar a tomar su bolso para buscar su pequeño dispensador de cápsulas. De pronto tiene un pequeño mareo. Vegeta de inmediato se da cuenta y a la velocidad de un rayo la toma entre sus manos.
-estas bien?
Pregunta visiblemente preocupado, su orgullo pasó a segundo término.
-s…si, solo tuve…un pequeño mareo
Responde ella masajeándose la cabeza.
-vamos, te llevaré a casa
-emm, puedo poner el piloto automático en la nave y…
-dije que te llevaré
-awww, está bien!
Dice ella con una voz de niña y súper feliz. Así que sin más vuelve a enrollar sus brazos en el cuello del saiyajin. Disfruta de su aroma tan varonil. Ahora el posa sus manos en la pequeña cintura de ella.
Solo la llevará a la corporación y regresará a entrenar. Ahora tiene dos grandes razones para seguir entrenando y cuidar en este planeta.

Continuará....

El principio de un amor para la eternidad V&BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora