capitulo XI

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-Oh mierda- soltó en una baja y áspera voz, que solo podría ser escuchada en un susurro.

-Bakugou-kun-hablo con su típico tono el bicolor, dirigiendo su mirada heterocromatica hacia el contrario.

-¿Que mierda haces aquí?- habló molesto el de ojos escarlata. Recibiendo una simple mirada antes de obtener una respuesta.

-He venido a entrenar un rato y a pensar en algo- contestó de forma seria antes de seguir en su hablar -Bakugo, tú tienes amistad con Izuku...¿no es así?- preguntó observando le a los ojos con un rostro inexpresivo.

-¡¿Para que mierda quieres saber si soy amigo del nerd?!- respondió exaltado, puesto que llevaba consigo la vergüenza de lo sucedido en la azotea.

-Eso es un si... Supongo- Hablo para sí, quedándose en silencio unos minutos antes de continuar- Verás Bakugou.... Nada, olvídalo- nego con su cabeza, arrepintiendose de querer contarle al rubio, dejando al contrario confundido.

-¡¿Haaah, pero que mierda te pasa?!- Exclamó con su típico tono antes de dar media vuelta, con intención de marcharse. Mas sin siquiera haber dado el primer paso se detuvo, notando como el chico de cicatriz en el rostro le tomaba del brazo. -¿Ahora que putas quieres?- preguntó groseramente dirigiendo su fugaz mirada hacia el procedente del agarre. -De nuevo me toman del brazo maldición- Pensó mientras que en sus recuerdos volvía el pelirrojo.

-Vamos a entrenar- soltó al aire entre palabras directas hacia el beta, ignorando el sonroja que esté tenía. Recibiendo una simple afirmación en respuesta, para acto después ponerse en guardia y comenzar con el entrenamiento.

Horas pasaron y los dos muchachos estaban exhaustos mientras que sus cuerpos estaban llenos de sudor y amolladuras, el heterocromatico sugirió parar a lo que el rubio simplemente se alejo de él deteniendo sus combates al notar que el sol ya se había ido, mostrando en el cielo una bella luna llena tan grande que podía ser notado en cualquier momento y lugar. Ambos jóvenes regresaron a los dormitorios, siendo observados con sus cuerpos empapados y uno que otro color rojizo en sus rostros por el entrenamiento. Mas nadie parecía captar el suave olor a caramelo en el aire, nadie exceptuando a kirishima, quien estaba preocupado por el sobresfuerso hecho por el de ojos escarlata.

Entre los pasillos se encontraba caminando un rubio apoyándose en las paredes, siendo notado por el pelirrojo quien había seguido a éste preocupado por los tonos rojizos en sus mejillas. Éste, vio como el cuerpo del chico de kosei explosivo se desplomaba en el suelo, causando un ruido sordo en el piso.

Rápidamente se acercó hacia el rubio tomándolo de la cabeza y posando suavemente ésta en su regazo. En un solo instante sintió como su pecho se acoplaba una gran presión. El pelirrojo sentía unas ganas de llorar gigantes al ver en ese estado al rubio sin poder ayudarle, aún así no soltó una sola lágrima. En cambio tomo de estilo princesa al chico desmayado y se lo llevó apresuradamente hacia su recamara, postrando el inconsciente cuerpo de Bakugou en su roja y amallugada cama. Rápidamente, se dirigió hacia el baño para tomar un trapo y humedecerle, para posterior a eso pasarlo delicadamente en la frente del yacido en la cama, humedeciendo algunos mechones a su paso.

Tiempo después, el rubio despertó causando que abrirse sus ojos escarlata pesadamente. El chico de tes bronceada al notar que los párpados del contrario su movían se apresuró en levantarse del suelo y acercarse en dirección a la cama.

-Katsuki, ¿E-estas bien?- Hablo apresuradamente el pelirrojo, más no tuvo respuesta al hablar, lo único que se escuchaba eran un par de jadeos provenientes de la respiración del rubio. -Oye... Katsuki, responde por favor... ¿Cuanto... cuanto dura tu suspensor para celo?, Hueles más que hoy en la mañana y no te ves muy bien- habló con miedo y preocupación impregnado en sus palabras, empezando a sentirse poco a poco abrumado por el aroma, no pudo abrir si acaso alguna venta ya que levantaría sospechas. -¡¡Mierda, mierda!!,¿¡Por qué el mundo conspira para que me pasé ésto?!- pensó alterado, más tuvo que salir de sus pensamientos al oír un quejido que lo hizo salir de su trance. Bakugou estaba empeorando, puesto que se había puesto un fuerte rojo entre sus mejillas y sus leves gemidos dificultaban en demasía su respiración.

Velozmente reaccionó levantándose de un salto, tratando de llegar hacia la puerta siendo detenido por el suave agarre en su mano izquierda, se giró en dirección del agarre. Notando que Bakugou le tomaba a duras penas de su mano. Al ver esto se detuvo acercándose hacia él, sintiendo como acto seguido se le abalanzaban encima sintiendo un peso en las caderas, la cara de kirishima paso de preocupación a asombro en un instante.


-Bakugo, ¿Q-qué tienes?- habló con los ojos igual que platos, tan abiertos que casi se le salen de su lugar. Más no hubo respuesta, solo el tacto del contrario en su pecho mientras que jadeos se podían escuchar en el aire.

Eijiro entró en un trance por el asombro, impidiendo que notará cómo los suaves toques de su pecho se desplazaban lentamente hacia su abdomen y seguía su curso en dirección a su entrepierna.

En el momento en dónde las suaves manos rozaron sus abdominales el chico de dientes puntiagudos se crispó de tal manera que le fue imposible no activar su kosei de forma involuntaria, causando que en el dedo del contrario se causase una cortaba. -¿B-bakugo, estás bien?- Exclamó preocupado por el trazo de sangre que recorría la palma de la mano del rubio, iniciando por la punta de su índice. Más no parecía importarle al chico de cabello ceniza, quien solo se acercó aún más al abdomen, dejando en éste un rastro rojizo en la piel.

-tú...- habló con dificultad a causa de su pesada respiración, tratando de ver a los ojos al chico del cual solo se podía encontrar una cara de preocupación, miedo y excitación mezclados. -tú dijiste que me ayudarías con lo que putas tuviera... así que ahora no te vas a ningún maldito sitio- habló casi en un gruñido dirigiendo su feroz sonrisa hacia el chico que tenía al frente.

-Sé lo que dije Katsuki pero aún así creo que es mejor que tomes el medicamento- dijo kirishima con angustia en su voz. -No quiero hacer algo que tú no quieras, no podría lastimarte-

-No harás ninguna mierda más que ayudarme...¿No es eso lo que querías?- respondió con esfuerzo el rubio entre jadeos mientras que comenzaba a mover en un suave vaiven su cadera.

~•••~

Al despertar el chico con cabello de rubio cenizo se dió cuenta de su estado, tenía marcas en el abdomen y muslos. Asustado se levanta de la cama, más poca fue su sorpresa al notar un ligero dolor en sus caderas, sin más corrio hacia el baño -¡¿Pero que mierda?!- Exclamó en sus adentro, notando que ni siquiera estaba en su habitación y, por si fuera poco, estaba desnudo. Su blanquecina piel estaba con lugares rojizos, indicando lo que pudo haber pasado en ese sitio -¡¿Qué mierda paso ayer como para haya terminado así, que putas hice ayer?!- se alteró su voz interior observando su reflejo antes de que saliera un rostro de furia. Acto seguido se escuchó como la puerta se abría, kirishima había entrado al baño, sorprendiendose al ver al rubio ahí.

Bakugou simplemente le empujó haciendo que kirishima chocara entre la pared y un mueble, dejando a éste aturdido y confundido. -¡¡¡Vete a la maldita mierda me oíste hijo de perra, y más te vale que no te me acerques si es que quieres seguir con tu asquerosa vida!!!- grito molesto, sin siquiera tratar de escuchar alguna explicación. Simplemente se fué después de haberse puesto una sudadera roja del alfa y un short que había encontrado por ahí.

-Bakugo, déjame explicarte...- se logró escuchar a lo lejos, más ya era tarde como para echarse para atrás, ya había cruzado el marco de la puerta y no se devolvería, por lo que dejó al contrario con las palabras en la boca.

-Bakugo...- fue lo último que el pelirrojo dijo antes de cerrar sus párpados. Susurrando aquel nombre en un suspiro lleno de cansancio.

Sin duda hoy sería un día largo para todos.

¡Hola! Espero que les haya gustado.

~Hasta la próxima~

Sólo Un Beta [ EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora