Capítulo 2.

43 7 0
                                    

Han pasado horas desde que llegué a casa y todavía no hay señales de Liam

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Han pasado horas desde que llegué a casa y todavía no hay señales de Liam. Hable con "El Radar de las Noticias" y les explique que necesitábamos reagendar, me quedo corta al decir que no estaban nada contentos.

¿Realmente es así como se suponía que mi vida debía ser? ¿De graduarme de Harvard a esposa trofeo?

Simplemente patético, y no puedo hacer nada al respecto. Cada vez que he mencionado la idea del divorcio, Liam se ha enfurecido. "¡Es mala publicidad!", me dice, así que ahora estoy atrapada en un matrimonio sin amor, ¿por cuánto? ¿el resto de mi vida?

Una mirada de determinación cruza mi rostro.

No. Yo no puedo vivir así, no soy una debilucha ama de casa. En el momento que llegue a casa le voy a exigir el divorcio, lo quiera o no.

Justo cuando estoy pensando eso, Liam entra por la puerta... y la deja abierta por alguna razón.

-¿Está todo bien? -le preguntó cuando llega donde mi.

-No exactamente.

-¿Liam?

-Quiero que conozcas a alguien, te presento a Alexander Williams. Es un ex militar y es el mejor miembro de mi equipo de seguridad.

Entra un hombre fuerte e imponente, con una mandíbula afilada y una expresión igualmente aguda.

-... -su rostro es serio, pero sus ojos son penetrantes.

-Ok... ¿Por qué está en nuestra casa, Liam? -le pregunto confundida.

-Alexander va a ser tu guardaespaldas personal.

-¡¿Mi guardaespaldas personal?! ¿Qué demonios está pasando? -pregunto alarmada.

-Recibí esta carta hoy -Liam me entrega un sobre y lo abro.

Dentro hay una carta cuidadosamente mecanografiada y algunas fotos. Tembló cuando me doy cuenta de que las fotos son de mí en la tienda, en la calle, e incluso dormida en nuestro sofá.

-¿Qué es esto, Liam?

-Sólo lee la carta.

"Estimado Sr. Sullivan.

Aquí hay una prueba de que no solo
sabemos donde esta ella en todo momento,
sino que también podemos entrar a su
casa sin que usted lo sepa. Si no abandona
su campaña, los días de su esposa
están contados, considérese advertido"

No hay firma al final de la carta.

-¡¿Qué es esto?! ¿Es alguna clase de broma de mal gusto?

-Nada de que preocuparse demasiado -dice tranquilo.

-¿Nada de que preocuparse? Liam, ¡hay una foto de mí dormida en nuestro sofá! ¡Estaban en la casa mientras yo estaba tomando una siesta! ¡¿Cómo es que no te preocupa?! -digo asustada.

Los ojos del guardaespaldas se posan un momento en mí, pero no dice nada.

-En realidad estas cosas suceden todo el tiempo, la mayoría de los senadores y miembros del Congreso de alto perfil están acostumbrados a recibir amenazas de muerte, las reciben a diario.

-Y entonces, ¿para qué el guardaespaldas? -Liam se encoge de hombros.

-Me vería como un idiota si no los tomara al menos un poco en serio, especialmente porque la carta se ha filtrado al público -Jadeo.

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! -Liam ve su reloj con una expresión de aburrimiento.

-Tuve que decirle a "El Radar de las Noticias" por qué cancelamos la entrevista con tan poca anticipación -lo miro completamente sorprendida.

-Dime que hay una explicación razonable para eso.

-Por supuesto que la hay, no soy un idiota, esa gente son como buitres. Necesitaba darles algo, de lo contrario nunca habrían aceptado reagendarnos -él no parece darse cuenta de lo que hizo.

-Liam, ¡yo ya nos había reagendado! ¡Ya lo había manejado! ¿Qué tal si me pusiste en un peligro mayor? ¿Realmente mi vida significa tan poco para ti?

-Dios mío -Liam se ríe y me dirije una mirada condescendiente -No tienes que ser tan dramática todo el tiempo, querida.

-¿Y si no quiero un guardaespaldas?

-En realidad no me importa lo que quieras, yo soy tu marido y aquí se hace lo que yo diga -maldito.

-Te oyes ridículo. Esto es un matrimonio, no una dictadura -respondo furiosa.

-En cualquier caso, así van a ser las cosas hasta que se resuelva el asunto, desde mañana a primera hora, Alexander va a acudir a todos tus movimientos. Me informara sobre cualquier cosa sospechosa.

-¿Cómo un niñero venido a más, entonces? -Liam se ríe.

-Si así quieres verlo, entonces sí, mientras este contigo, no hay nada de que preocuparse. Ahora tengo que volver al trabajo.

-Liam, quiero el divorcio.

-Ahora no, Alana.

Y con esas palabras, sale por la puerta y se va.

Genial. No solo estoy atrapada en este matrimonio sin amor, sino que la poca libertad que tenia me ha sido arrebatada. En cuanto estas amenazas dejen de ser un problema, se acaba.
No me pienso degradar más permaneciendo casada con este imbécil pretencioso.

Miro al extraño que está parado allí en silencio. Trato de ignorar sus ridículamente enormes músculos y mirar a cualquier parte menos a su torso completo.

-Alexander, ¿verdad?

-Si, señora.

-Bueno, Alexander.... Supongo que tú y yo nos vamos a divertir mucho.

-..... -la única respuesta que recibo es un asentimiento.



 -la única respuesta que recibo es un asentimiento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Andrea L.

El GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora