BLUEBERRY +18

Capitulo 4

CAPITULO 4: INICIO EN CERO

Deseo matarte: pero si lo hago no encontrare otro juguete favorito. Y tú siempre serás mi juguete favorito.

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             Tomo un par de respiraciones antes de aventurarme a entrar al edificio.

No me incomoda el entrar sino lo que voy a encontrar y eso serán burlas, murmullos y seguramente humillaciones, y por eso lo pensé mucho antes de venir , pero esto es lo que quiero y voy a hacerlo.

Con la vista puesta en mi objetivo me acerco a recepción a pedir la información que necesito.

—Buenos días, ¿Cuáles son los recaudos necesarios para empezar en la carrera de Finanzas? —la secretaria me tiende una hoja con los requisitos que necesito y con el presupuesto del costo de toda la carrera. Me muerdo los labios, es súper caro e imposible de pagar, ni queriendo voy a poder pagar la primera cuota.

Si todo fuera diferente no estaría preocupándome por el precio y solo pasaría la tarjeta, pero ahora debo ver de dónde saco plata.

Y esta es una de las mejores universidades de la ciudad y no me puedo permitir ni quiero permitirme no estudiar en ella.

Puedo estudiar en una universidad pública pero yo quiero esta, y no es que rechace las otras universidades, es que no me acostumbro a ser pobre y me ha tocado de la forma más dura.

— ¿Llorando por los precios que no puedes pagar?

— ¿Eh?

—Tranquila bebe, que no eres la única—pone su brazo sobre mis hombros con familiaridad y me quedo como: ¿Quién coño es este? —aquí hay muchos que viene con las ansias de estudiar aquí sin tener un bolívar en el bolsillo.

—Ok—me saco su brazo de encima y le miro con aso.

—Aquí no queremos gente pobre Catalina. Vete por donde viniste—le miro de pies a cabeza y alzo una ceja.

—Sácame tú.

—No te humilles más y lárgate.

—El único que se tiene que ir eres tú—me cruzo de brazos.

—Sé quién eres y se perfectamente que no tienes para costearte una carrera aquí. Así que vete con los de tu clase, basura.

Mi boca se abre y, espíritu de Georgia entra en mí.

Camino hacia él dedicándole una sonrisa y estrello mi puño en su jeta fea.

— ¡Basura la madre que te pario, hijo de puta!

— ¡Señorita por favor retírese!—me pide la secretaria a la vez que sacudo mi mano adolorida.

El chico se limpia el labio y me mira furioso.

—Por tu bien lárgate.

— ¿Cuál es tu problema? —un chico junto a una chica se acerca a preguntar.

—Que esta perra no se quiere ir de aquí.

— ¿Y por que debería irse? Esta universidad no es tuya así que ella puede estar aquí todo el tiempo.

El chico balbucea y me mira con rabia.

—Ya verás—me señala y se va.

—Ni que te tuviera miedo—murmuro y no le quito la mirada de encima hasta que desparece.

—No les hagas caso, el siempre es así con las personas…

— ¿Qué no tienen nada? —pregunto divertida, a él también le llegara su domingo siete.