Capitulo 5

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CAPITULO 5: LLAMADA

¡Dime que me amas! ¡Qué morirías por mi si eso valiera la pena! Que dejarías derramar tu sangre por la mía: para saber si vales la pena.

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               Termino de cortar las flores y me voy a limpiar el camino de piedras quitando la maleza y a los bichos con el repelente: aquí abundan muchos de ellos y es bastante difícil deshacerse de ellos.

Ya lo intente y volvieron a aparecer.

Recojo las flores que deje tiradas en el suelo y me siento en la silla mecedora a arreglarlas. Primero las lavo, les quito las hojas feas y las envuelvo en papel decorativo.

La madre de Rodrigo vende flores en el mercado y yo la ayudo a cortarlas y a arreglarlas.

Siempre las vende todas porque aquí todos aman sus flores y también porque es muy buena para la labia y que si te paras a saludarla si o si debes comprarle una flor.

Hago una pausa para revisar mi chat con Can que desde el lunes me dejo en visto y no ha contestado mi mensaje, fijo se incomodo y yo me arrepiento de haberle enviado ese mensaje.

Retomo mi tarea pero recibo una llamada y contesto.

—Halo.

—Buenos días, ¿con la señorita Georgiana Kennedy?

—Sí, soy yo.

—Hola, ¿como estas? yo soy David y te estamos llamando porque vimos tu solicitud en nuestro sistema—me intereso de inmediato—y quisiéramos acordar una entrevista con usted para mañana a las nueve de la mañana. ¿Estaría usted de acuerdo?

— ¡Sí!

— ¿Usted tiene experiencia en el área de aseo?

—No…

—Nosotros nos encontrados buscando camareras para el aseo de un club. ¿Estaría usted dispuesta a trabajar como camarera?

— ¡Claro! Yo hago lo que sea.

—Menos mal, necesitamos camareras con urgencia—termina con risa el tal David.

— ¿Dónde es?

— ¿Tiene donde anotar?

—Eh… ya va—voy hacia adentro y busco la libreta de notas que esta sobre la nevera—dígame.

Anoto la dirección y luego cuelgo.

No tengo idea de lo que hace una camarera aparte de limpiar, pero no importa, yo aprendo.

Termino de arreglar las flores y las coloco en orden en la canasta y voy a escoger la ropa que me pondré mañana.

Tomo un sorbo viendo mi ropero y pensando en que necesito ropa, ya la mayoría me queda un poco ajustada porque estos últimos meses me he dedicado a tragar como cerdo.

Tomo un pantalón de tiro alto y una camisa de tirantes y creo que no. Tomo un vestido floreado y otro de color tamarindo que nunca me he puesto, intercalo la mirada entre los dos decidiendo cual y… escojo el de color tamarindo.

Me poso frente al espejo viendo que tal y me lo pondré con zapatillas negras.

— ¡Pero que estoy pensando! —devuelvo el vestido al ropero, no sé en qué pensaba cuando lo compre.

Reviso más y encuentro un vestido azul rey, corto y de falda suelta, con los hombros al aire y alrededor de cuello detalles de piedras.

Me poso otra vez en el espejo y si, este es el que me pondré.

BLUEBERRY +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora