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Shota Aizawa.

¿Lo recuerdas? ¿Cuando teníamos diez años?

Todo iba bien, yo ya acepté que los hombres me gustaban, eras el único que sabia, te lo tomaste bien, dijiste que no te importaba, al final que el culo era mio. Era demasiado inocente, no entendí eso en ese momento.

Recuerdo estar en mi cuarto, mamá dormía en el suyo, era una casa gigante, eramos gente de plata, diría mansión, pero no me gusta decirlo así. Papá entró a mi cuarto, recuerdo estar haciendo mi tarea, la tenía que hacer porque o si no mi profesor me golpeaba, tenia entendido que ya no se podía hacer eso, pero el lo seguía haciendo.

Él entró, callado se acercó hasta mi escritorio, donde yo estaba, simplemente lo ignoré, capaz buscaba algo. Y si, me buscaba a mi.

Tantos gritos, un poco mas y me rompí mis cuerdas vocales, pateé, golpeé, arañe, mordí, de todo. Lloré y supliqué, grite y grite hasta que mamá llegó asustada junto a una sirvienta. Y todo paro, se detuvo. No recuerdo mucho... La verdad es que no, lo hago, recuerdo detalladamente todo, solo que esa parte de la historia no la quiero recordar.

Vino la policia, mi hermana lloraba y me abrazaba, gritándole a mi mamá, que juro que se estaba volviendo loca. Sentada en el piso, tirándose del pelo, llorando y rogando desesperada que todo fuera un mal sueño, lamentablemente no lo era. Ese hombre no fue preso, claro que no lo iba a hacer, pero mi madre lo echó.

Mandó a mi hermana mayor lejos, no estaba bien mentalmente como para cuidar niños. Ella se fue a un internado en Estados Unidos, no la vi hasta diez años después. Y a mi... Me mantuvo en casa, a cargo de las sirvientas, mientras ella se encerraba en su pieza, pensando en que hacer con su vida. Ella no era mala, sabia que solo quería ayudarme y que saliéramos adelante, pero no podía, quedó destrozada mentalente en ese momento.

Estaba en cama, no podía pararme, dormía todo el día, si no lo hacia entonces lloraba, solo lloraba y dormía. No quería salir, no quería comer, bañarme, verme a un espejo, hablar o simplemente vivir.

Recuerdo que un día, a la mitad de la noche escuche un golpe fuerte, algo cayó afuera, no le tomé importancia. A los minutos se escuchaban quejidos y abrieron el ventanal del balcón. Iba a gritar, a pedir ayuda por miedo de que fuera él.

Pero no, ahí estabas tú, sonriendo con una bolsa llena de dulces en mano y una carta de Nemuri. Comenzaste a hablarme al tiro cuando prendiste la luz, tratando de hacer que ignorara el hecho de que tenias las manos raspadas y tenias una herida en la pierna. Te sentaste junto a mi, sin antes mirarme por aprobación, te di el permiso asintiendo con la cabeza y te sentaste en la cama, para luego dejar todos los dulces y leerme la carta de Nemuri. A contarme todo lo que habías hecho, mientras yo solo te miraba, concentrado en tu historia. En ese momento, después de tres meses, reí.

Y fue así, fueron momentos dolorosos y bonitos. Eso... Lo que paso ese día no es para nada bonito, es algo con lo que incluso ahora me siento mal, estoy bien, pero ahí quedará eso.

Pero sabes que, te agradeceré eternamente todo lo que hiciste por mi, te agradeceré siempre tu compañía, tus historias, tus sonrisas e insistencias para que me levantara de la cama. Un año tardé, pero logré volver a salir a jugar. Lo logré gracias a ti, que me motivaste a seguir.

Te agradeceré siempre por eso, Shota.

Con cariño, Hizashi.
Para: Aizawa Shota.

Rose And Thorns [ EraserMic ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora