Vete de mi despacho

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Dumbledore me citó en su despacho, sinceramente no sabía que había pasado, pues llevaba poco tiempo trabajando como profesora. Al llegar dije la contraseña, entré y al subir la escalera de caracol. Me percaté de que no estaba solo.

-Albus, ¿para que querías verme?-pregunté mirando al hombre que estaba ya sentado.

Tomé asiento a su lado y presté atención a lo que Dumbledore nos tenía que decir.

-Muchachos, se de buena tinta que no os lleváis muy bien. Así que he decidido que pasaréis más tiempo juntos-terminó con una sonrisa.

Ambos nos miramos con una mueca de desagrado, de la cual Dumbledore se percató.

-A eso me refiero, sois compañeros de trabajo-comenzó-Tenéis que aprender a convivir.

Miré a Albus directamente a los ojos y me sonrió.

¿Tengo alguna opción?-pregunto Severus.

-No-respondió simplemente.

-¿De cuánto tiempo estamos hablando?-pregunté algo molesta.

-Pues verás muchacha, serán 2h durante 3 días a la semana.

Volvimos a mirarnos y suspiramos pesadamente.

-No me gusta esta idea tuya Albus-dijo Severus molesto.

-Te acabará gustando muchacho, Tamara es una buena persona.

Me miró con asco y odio y salió del despacho del director.

-Albus a mi tampoco me gusta la idea-dije rodando los ojos.

Es una oportunidad que te doy para que os conozcáis mejor-respondió guiñándome un ojo-Tomalá, no la deseches.

Negué lentamente con la cabeza y salí molesta del despacho, al salir Severus me esperaba.

-Martes, jueves y viernes, después de la cena, en mi despacho-dijo para después encaminarse a su aula.

Yo me quedé procesando toda la información.

-Este hombre es muy raro-pensé.

Los días pasaron lentamente, pero por fin llegó el martes y después de la cena me encamine hacia el despacho de Severus. Sin muchas ganas, todo sea dicho. Al llegar tocó la puerta y enseguida se abrió.

Me quedé parada en la puerta, sin saber si acercarme o no.

-Si quieres quedarte las dos horas parada ahí, por mí no hay problema, pero no estarías muy cómoda-dijo de golpe sin expresión en el rostro.

Suspire pesadamente y me fui acercando hasta aquel gran escritorio.

-Vamos a dejar una cosa clara-comenzó- No me gusta la idea de que una mocosa como tu este conmigo tanto tiempo.

-Tranquilo Severus, a mi tampoco me hace gracia la idea créeme.

Así pasaron varias semanas, yo acudía a su despacho y estábamos dos horas sin hablar, porque cada vez que entablamos una conversación, acabamos discutiendo.

Un dia de esos en los que yo tenía que estar ahí, llegué tarde, al llegar estaba como siempre sentado en su silla, levantó la mirada y me puso una mueca de asco.

-Se puede saber, ¿Por qué llegas tarde?-dijo en un tono más bien paternalista que hizo que me hirviera la sangre.

Tratando de contener mi enfado, me acerqué, le miré.

-Estaba con Tonks y Remus-respondí con una sonrisa.

Vi como se fruncía el ceño.

-Además ese tono no lo vuelvas a utilizar conmigo. No soy una niña que te tiene que hacer caso en todo Snape-comencé- Mira, me voy y mañana hablaré con Dumbledore, esto no tiene ningún sentido.

Me miró con cierta curiosidad. Pues era de las pocas personas que se atrevían a plantar cara al temible profesor de pociones.

-Créeme Snape, no me das miedo, solo me molesta tu manera de ser con todos y en especial conmigo, si tienes algo en mi contra, dímelo.

-Si tengo algo o no en su contra, no es asunto suyo señorita Riddle.

-Es que no podemos seguir así

-¿Quieres saber qué me pasa contigo?-comenzó-No te soporto.

Me quedé helada, no esperaba que me dijera eso.

-¿Como?, no te he hecho nada, siempre ando con cuidado para no molestar al Señor-respondí ya enfadada.

Se quedó callado y sin mirarme.

-Respóndeme Severus- dije hecha una furia-¿Que te he hecho?.

-Ser una Riddle-dijo simplemente.

Eso me enfado más, me acerque para quedar frente a él y me reí.

-Ósea, me detestas por mi apellido- comencé- Cuando yo apenas viví un par de años con mi padre, pensaba que cuando me diste clase y ahora siendo compañeros, aprenderías que no soy como él.

-Vete de mi despacho.

Me di la vuelta y salí completamente molesta de ahí. Con tan mala suerte que al salir me tope con Dumbledore.

-¿Estás bien muchacha?.

Asentí y me dirigí a la salida, para poder aparecer en mi apartamento.

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-Te dije que no me dejaras en mal lugar-

-Sev, así sucedieron las cosas, déjame contarlo-

-Esta bien, esta bien, pero reconoce que tu también tienes tu carácter y es bastante fuerte-

Rodé los ojos.

One Shots ~Severus and I~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora