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T/n se levantó sin ganas de ir al instituto, no por flojera, sino porque sabía lo que le esperaba. Anteriormente vió a su amiga de la infancia y aneko del club de deportes besándose frente a una multitud de alumnos que les abucheaban.

No era una vista agradable de admirar, pero tampoco podía hacer nada al respecto, de ahora en adelante esa imagen sería común de ver constantemente y aunque sintiera como mil cuchillas atravesándole el estómago tenía que audicionar para ser la mejor actriz y fingir que estaba muy feliz.

Dudó y se cuestionó mucho sobre si levantarse y agarrar camino, por supuesto que recordó el detalle de su enamorada el día de ayer, esa era la única razón por la que forzosamente se repetía una y otra vez que levantara ese trasero de la cama y alistara lo necesario.

A demás, faltar un día más después de haberse desaparecido de la nada el día anterior sería muy extraño y no le gustaría saber que la peli negra se encontraba angustiada y preocupada por ella nuevamente.

Resopló

Estupido amor que manipulaba sus acciones cuando se trataba de esa chica en especial.

Se colocó el uniforme, lavó sus dientes y a mala gana tomó la mochila para colgársela en el hombro.

Cuando t/n ya estuvo fuera optó por caminar lento para ir mentalizándose durante el camino. Si el beso de ayer fue un golpe duro no se imaginaba cómo lo tomaría cuando la de mirada azulina se lo confesara y hablara cursilerías sobre él.

Todavía ni lo conocía bien y ya comenzaba a odiarlo.

Lo mejor era guardar guardar silencio y evitar ser tan cariñosa con la chica, pues ahora estaba en una relación y a t/n le provocaría más daño del que sentía.

Caminaste aproximadamente por 15 minutos y cuando llegaste a tu destino entraste. La piel se te erizo y fuiste haciéndote chiquita poco a poco, sintiéndote intimidada por quienes te rodeaban, no entendías si quiera el porqué pero tu paranoica cabeza creía que todos sabían el secreto y te juzgaban con lo mirada.

Inhalaste profundamente para posteriormente soltar el aire, evitabas a toda costa un nuevo ataque de pánico, no, no era el momento.

– ¿Estás bien? –

Esa voz desprevenida hizo que te sobresaltaras de sobremanera y dieras un paso en falso que daba hacía el duro y frío suelo.

Pero esas manos abrasadoras sostuvieron tu cintura y no pudiste evitar observar los hermosos ojos color cielo, tan preciosos como dos piedras de aguamarinas.

El calor entró en ti y tus mejillas se contornearon de un color rosado, no tan notable pero si suficiente para que alluka pudiera notarlo.

Para pronto t/n se reincorporó y por la fuerza volteó a con la pelinegra.

— E-Estoy bien alluka, no te preocupes –.

Sonabas nerviosa, más bien lo estabas y más con lo que acababa de pasar.

– Tontaa, si no hubiera estado yo probablemente te habrías caído –. Te reprochó, no de mala gana sino en una sintonía preocupada–.

– Gracias.. por salvarme alluka –. Le regalaste una media sonrisa que de un instante a otro se tornó en una apenada porque la azabache tomó tu mano–.

Ya era una costumbre de alluka hacer eso, a pesar de llevar tantos años cogiéndola una y otra vez tú seguías comportándote como la primera vez que lo hizo.

Iban para el salón, en cuanto llegaron tragaste duro y una pequeña gotita de sudor recorrió de tu frente, sentiste la mirada de unos pocos compañeros de clase y ya suponías la razón.

-🌸Prisionera de tu amor🌸 (alluka x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora