-🌸Prisionera de tu amor🌸 (alluka x reader)

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Terminaste accediendo a la invitación de killua, en este preciso momento ibas sentada en la parte trasera junto con killua, los nervios se acumulaban en tu garganta logrando que te costara respirar, al igual tus pies inquietos manifestaban esa pequeña ansiedad presente.

La atmósfera ya era densa desde el momento que pusiste un pie dentro del automóvil, no intercambiaste nuevamente palabras con el albino y ni hablar de las miradas, restringías la tuya a toda costa de tu territorio.

Los minutos pasaron eternamente para ti, hasta que finalmente llegaron. El chofer les abrió la puerta para que salieran y el mayor te dió el pase a ti para que bajaras primero.

Después de haber puesto tus pies sobre el pavimento pudiste respirar, inhalaste tan profundamente para posteriormente soltarlo y liberar a tu cabeza todas esas emociones negativas que rumbeaban en tu interior, al parecer había funcionado y las abundantes flores que adornaban el jardín de diversos colores impregnaron su olor en tus fosas nasales, dando un plus para encontrar la tranquilidad por lo menos en ese rato que estuvieras ahí.

— Bien, vamos —Habló killua para dirigirse a su hogar, empuñaste ambas manos reuniendo ese valor que aún se dispersaba por tus alrededores y diste paso firme para enfrentar lo que fuera a pasar—.

Como siempre, todo estuvo tranquilo, ni una sola palabra salieron de sus cuerdas vocales, la ley de hielo en ustedes dos si era incómoda, pero tenías que sobrellevarlo hasta llegar a la habitación de la pelinegra.

Ya estando cerca, el albino se detuvo para dar media vuelta quedando frente a ti, sus facciones rígidas e inquietas seguían presentes junto a ello esa aura que emanaba la preocupación por su hermanita. Por dentro no podías dejar de culparte una y otra vez, si alluka, si tan solo no hubieras confesado tu amor ella estaría bien, nada de estos problemas serían la causa del desasosiego de su hermano mayor.

— No necesito guiarte, ni siquiera llevarte hasta allá y abrir la puerta por ti, conoces el camino perfectamente.. pero la razón por la que avance hasta aquí fue para pedirte que la hagas sentir querida durante unos cuantos minutos, por favor háblale, cántale, acaríciala, pero por favor hazle saber que estás ahí—.

Esa textura dicción quebrantada te apachurró el corazón. Por un instante te quedaste muda, no hubo respuesta, solo miradas y una de ellas era suplicante, lo entendiste todo y cuando killua dejó de hacer eco con sus pisadas en asentiste yendo decidida a la habitación de la chica.

Tocaste la perilla de la puerta con la finura de tus dedos, todavía entraba en tu pecho la duda y miedo que te carcomían el alma como gusanos a una manzana, pensabas y pensabas tantos escenarios, diálogos, posibles situaciones en las que en vez de solucionar algo todo fuera finalizando en una terrible desgracia.

Pero entonces killua no te habría pedido ir, se notaba tan angustiado por ella que no había espacio para mentiras y engaños, te calmó de cierta manera caer en esa conciencia, pero la otra mínima parte habitaba en el mar de la negatividad con pensamientos excesivos y ansiedad.

Otra vez inhalaste, ya era momento de despejarte de los temores, tanta duda y ocurrencia formándose en tu cabeza te mantenía hostigada que no le daba permiso a los músculos de tu cuerpo para actuar.

Con un pequeño temblor en tu mano, a duras penas giraste la perilla para hacerse instantáneamente escuchar un audible chirrido causante de la puerta, asomaste tu rostro al interior de su pieza, queriendo encontrar con la mirada aquella piel blanca y tersa junto con esa llamativa cabellera negra.

No poseías la indecencia de entrar como si nada, querías hacer el mínimo ruido posible para primero observar si la oji azul estaba despierta.

Su pelo largo entre cortado la delató junto con su tranquilo y apacible dormitar, una sonrisilla se te escapó pues la vista brindada te generaba felicidad. Con cautela entraste a su cuarto, evitando hacer hacer audibles sonidos.