#10

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— Como toques a mi madre te mato — amenaza Nyan, suelto una carcajada. 


— Cuento con ello pero esta vez será diferente al resto de mi familia. Yo te mataré antes — Una chica se acerca a nosotros. Saca su libreta y sonríe dejando mostrar su escote. Hago una mueca. — ¿En que podemos ayudarle, señor? — susurra sin prestarle atención a mis hijos. 


— Una botella de Vino — asiente y apunta. Intenta irse pero mi voz la detiene. — ¿No piensas atender a mis hijos? — pregunto alzando una ceja. Se sonroja de la vergüenza — Perdón, lo siento — se acerca devuelta y mira a los pequeños. — Perdón es que son tan chiquitos que me es imposible verlos — Miro a Christopher que la mira con asco. 


— No te la des de grandiosa porque no te funciona — comenta Dryan entre dientes. — Y deja de mostrarle tus tetas a mi padre porque creo que no le apetece verte de semidesnuda — El comentario de Nyan me hace carcajear. 


Ella se arregla la blusa y sonríe incómodamente — ¿Puedo tomar sus pedidos? — Dryan se pone a pensar y sonríe. — Hamburguesa — murmura mirando a su hermano, este asiente afirmando lo que había dicho. — No creo que... — la interrumpo. — Tráeselo. — Alguien se acerca a nosotros. 


— Señor Kuznetsov — saluda. Frunzo el ceño, no se quien es este tipo. — ¿Pasa algo? — mira a la chica que sigue ahí. — Ha dicho que cree que no ahí hamburguesa — contesta Christopher. El señor mira mal a la chica y le susurra algo que no logro escuchar. Ella sale corriendo y se pierde entre las puertas de la cocina del restaurante. 


— ¿Quién eres? — pregunto. Él sonríe — Soy yo... Caleb Kozlov. — Empiezo a negar. Sigo sin saber quien es este tipo. — El hombre que trabajaba con Dhyanna y luego le quitaste todas las empresas — hace una mueca. 


— Creo que hice algo mal porque sigues con este restaurante — murmuro solo para mi. Parece que no se enteró de lo que dije porque sonríe y mira a los mocosos. — ¿Son tus hijos? — intenta tocar a Tyson. Sí, al ser rubio se ve achuchable pero nadie puede tocarle. Christopher atrapa su mano en el aire. — ¿Quién eres y que haces intentando tocar a mi hermano? — frunce el ceño y suelta su mano de golpe tirándola hacia atrás.  


— Son peleones eh — me mira y suelta una carcajada. — ¿Estás dispuesto a venderme alguno? — sonrío. — ¿Cuál quieres? — Los niños me miran mal y el señor no se lo puede creer. — El pelinegro. Sé ve más peleón — murmura pensándolo.  


— No, ese es mi favorito — borra su sonrisa. — Entonces el otro — empiezo a negar. — Ese también. — Sonrío con burla. Este insolente se cree que le voy a vender a alguno de mis hijos, puede que yo este loco y pueda hacerlo pero no llegué hasta aquí para vender a alguno de ellos. — Puedes irte — ordeno.  


Asiente no muy convencido. — Así que andas destruyendo la vida de la gente — Tyson susurra. La chica vuelve a acercarse con una botella de vino. La deja encima de la mesa y se retira. Tomo la copa que dejó y sirvo un poco. — Fue hace años aparte me debía un montón de cosas — miro a ambos. 


Sus ojos son iguales a los míos, muy iguales. Christopher tiene el cabello negro como el mío y unas largas pestañas que le hacen ver más inocente de lo que es, sus labios están fruncidos como si estuviera odiando la vida mientras que Tyson tiene el cabello rubio y muy suave por lo visto, sus ojos son más pequeños que los de Dryan pero va por el mismo camino en cambio sus labios están ondulados en una pequeña sonrisa haciendo que la persona que este a su alrededor se sienta segura de estar con él pero luego él mismo es capaz de matarla. 

La Mafia Rusa II (COMPLETA) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora