Dulce Cobardía

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Te quiero, te espero
te estoy buscando con esto
mi libertad espiritual
los miedos, los nervios
me paralizan por eso
me quiero ir de este lugar
caminos inciertos
me condujeron a esto
y todavía queda el mal
con olas de gente
me están chocando de frente
pero no puedo ir para atrás
Si yo les doy mi alma
ya no me queda nada
si yo les doy mi vida
de nada serviría
Si yo les doy mi alma
si yo les doy mi vida
Te quiero, te espero
te estoy buscando con esto
mi libertad espiritual
son tiempos violentos
no hay reglas para este juego
solo se trata de aguantar
Si yo les doy mi alma
ya no me queda nada
si yo les doy mi vida
de nada serviría
Si yo les doy mi alma
Si yo les doy mi vida
todo terminaría así

Erika se despertó con un terrible dolor de cabeza, producto de la borrachera. Gruño para sus adentros ante el inmenso palmito en sus cienes que parecía no cesar. Fue en ese momento, cuando se dio cuenta que no estaba sola, sino rodeadas de unos fríos brazos que reconocería en cualquier dimensión. Alarmada, se deshizo de estos con prisa para luego ver que, efectivamente, no se lo estaba imaginando.

Había pasado la noche con Nevra.

Asustada, tanteo por debajo de las sabanas para chequear que no hubiera pasado algo entre ellos y suspiro con alivio al sentir la tela suave de su ropa. Luego echo un vistazo al vampiro, quien parecía un ángel incluso dormido. Maldijo ese pensamiento y se dispuso a levantarse sigilosamente con la idea de tomarse una ducha cuando ciertos recuerdos de la noche anterior acudieron a su mente. Recordó haberlo besado como si el mundo se fuera a acabar y con cierta sorpresa que el le correspondió, también recordó que la detuvo alegando que no estaba en sus cinco sentidos, cosa que era totalmente cierto. Pero hubo algo que la enfureció.

Que la había sacado a la rastra de la cantina, sumando al hecho de que le había confirmado que estaba celoso.

¿Quién era el para echarle en cara el besarse con alguien, si el se acostaba con cualquier cosa que tuviera un agujero? Furiosa, fue a la cama para despertarlo de forma brusca cuando vio la paz en su rostro. Una paz que no veía en el pelinegro desde hacia...siete años. Soltando otra maldición malsonante, agarro una muda y estaba por salir de la habitación cuando le escucho preguntar - ¿A donde vas?

- Me voy a dar una ducha. - se limito a contestarle con voz ofendida y sintió el brazo del hombre rodearle del brazo, deteniéndola.

- No te vayas, tenemos que hablar. - le pidió el con su habitual mirada glacial.

- No tenemos nada de que hablar, nevra. Solamente fue un beso, nada mas. - aclaro ella, hiriendo los sentimientos de cierto vampiro, quien se limito a poner cara de póker con el objetivo de que no supiera hasta que punto le afectaban sus palabras. 

- Si, tenemos que hablar. - le insistió el ojigris, logrando que aengel se enfureciera y replicara - ¿Sabes que? Si, tenemos que hablar. ¿Se puede saber quien carajo sos para sacarme a la rastra de la cantina y montar una escenita de celos como si fueras algo mío? Porque, que yo sepa, no hay absolutamente nada entre nosotros.

Nevra desvió la mirada, sin saber que decir. Pues sabia muy bien que se había dejado llevar por sus celos al sacarla de ese modo y mas delante de todos. Pero no había podido evitarlo, ¿Acaso ella lo había olvidado tan fácil? ¿Acaso...ya no lo amaba?

No podía ni quería escuchar la respuesta.

- No podes montar un espectáculo como ese. - contesto el entre dientes con enojo, causando que la joven soltara una risa y le espetara - ¡Por supuesto que puedo, nevra! Así como puedo cogerme a quien quiera, pese a quien le pese, incluso a vos. Mira, yo no se que cuernos esta pasando con vos. Te agradezco que hayas pasado la noche acá y evitado que pasara algo de lo que, seguramente, me hubiera arrepentido. También te agradezco que hayas dormido acá, ya que gracias a eso no he tenido pesadillas.  - le agradeció con voz inexpresiva, provocando que su ex se sorprendiera ante la frialdad con la cual había encarado  el tema del beso, como si no hubiera sido nada, cuando lo había significado todo para el. En tanto, erika le solicito - Pero te pido encarecidamente que no nos hablemos hasta que no aclares esa confusión que tenes...

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