Miseria y Confusión

185 12 4
                                    

Se quedo contemplando su reflejo en el espejo, pensando en el aspecto desmejorado de los últimos días. Le habían comunicado que, en unos días, tendrían que ir a una misión especial a gengaku. De acuerdo a los espías de su guardia, habían llegado rumores de que haba un edificio con descripciones iguales a las de la tierra. Con lo cual, erika no sabia como reaccionar ante esto: si reírse o llorar, ¿Acaso eso significaba que podrían haber humanos en el edificio? Tenia el presentimiento de que no le estaban diciendo todo y eso no le gustaba un pelo, teniendo en cuenta que se había jugado el culo junto con Leiftan años atrás.

Aun con esos pensamientos en su cabeza, salió de la habitación rumbo a la cantina. 

- ¡Que madrugadora! - exclamo karen y le interrogo - ¿Qué estas haciendo a estas horas despierta?

- Creo haberte escuchado decir que hoy me ibas a exigir luchar o que fuera mi fin. - le cito las palabras la ojivioleta, poniendo los ojos en blanco.

- Obvio, ya he sido lo sufrientemente blanda contigo. le dio la razón y exclamo - ¡Es hora de la verdadera acción!

- Espero no terminar en la enfermería. - gimió ella, causando la risotada de su amiga. 

- No te prometo nada. - le dijo la vampiresa, causando que ella gruñera para sus adentros.

- Son momentos como estos que desearía que tu hermano me enseñara. - confeso erika y la muchacha le saco la lengua argumentando - El hubiera sido demasiado blandengue contigo. Tu eres su debilidad.

- Querrás decir que esos gatetes de dos patas que se come son su debilidad. - se burlo la aengel soltando una carcajada, instándose las dos a un lado del susodicho, quien se ruborizo al escuchar la frase de la humana.

- Ninguna chica es mi debilidad. - le contradijo el ofendido y la mujer contrataco diciendo - No, solo te acuestas con ellas por caridad, ¿Verdad?

- Lo hago por la misma razón que lo haces tu: puro placer. - le aseguro el, encogiéndose de hombros. En cuanto escucho sus palabras, la humana puso rostro serio e hizo un gesto dándose por enterada. Para evitar que ambos discutieran de nuevo, su hermana cambio de tema quejándose - Que flojera lo de esta misión, ¿Saben? Seguro que esas son mentiras.

- O verdades disfrazadas de mentiras. - cavilo la castaña, atrayendo la atención del vampiro.

- ¿Por que lo dices? - le pregunto el con curiosidad.

- Porque no soy estúpida, se que me están ocultando algo...y tiene algo que ver con ese edificio y los humanos. - les advirtió ella con el fin de que supieran que se había dado cuenta. Ambos intercambiaron una mirada y nevra explico - Son ordenes de...

- Si, de la matriarca, mensaje captado. - replico erika con fastidio y susurro en voz muuy baja, como si deseara que nadie la escuchara - Solo espero que mis padres no estén entre esos pobres diablos.

No sabia lo equivocada que estaba.

 Mas tarde, en el árbol centenario...

- ¿Se puede saber que hace tu hermano acá? - le inquirió la aengel con fastidio.

- Me envió Huang Hua a entrenarte junto con mi hermana. - le informo nevra, causando que erika soltara una carcajada y le espetara - ¿Y desde cuando tengo al segundo al mando como niñera?

- No es asunto tuyo. - le contesto con autoridad y se encogió de hombros.

"Del nevra confía en mi llega el nevra mandón, genial" pensó la muchacha, quien se limito a asentir con la cabeza y agarrar sus cuchillas.

Volver a empezarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora