Capitulo 11: El mayor temor de Keiko

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A la mañana siguiente Keiko se levantó como de costumbre a correr a un parque cercano, su mentor se lo había impuesto pero hoy más que otros días necesitaba poner su mente en blanco, era la primera vez que se enamoraba y pensar en el amable gesto ...

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A la mañana siguiente Keiko se levantó como de costumbre a correr a un parque cercano, su mentor se lo había impuesto pero hoy más que otros días necesitaba poner su mente en blanco, era la primera vez que se enamoraba y pensar en el amable gesto de Ryo hacía que ella después de su atrevido comportamiento se pusiera de muchos colores sin duda él era un chico especial.

Lo cierto es que no quería topárselo, procesar bien sus sentimientos con calma y serenidad.

—Hola guapa— Y ahí estaba Ryo, detrás de ella con ropa deportiva dispuesto a seguir a tan guapa señorita.

Por su parte Keiko pensó "¡oh porras!", mientras hacía sus estiramientos para calentar, ella volteó de medio reojo y realmente era Ryo, lo que tal vez no sería tan malo que estuviera ahí, después de todo tentar estar con él en calma y empezar desde abajo.

—Asegúrate de calentar tus músculos antes de correr— dijo Keiko amablemente a Ryo.

—No, sí por calentarme deberías de preocuparte— Ryo se puso un poco rojo, pero era algo típico de él, así que no interesaba y aún más dejó de importar cuando al levantar la vista Keiko iba casi a la mitad del parque trotando.

Ryo se dispuso a seguirla disfrutando el bello panorama, tantas señoritas andando por ahí pero no evito quedarse viendo medio embobado sin notar que Keiko estaba por alcanzarlo, le arrebasó, le saludó y le sonrió de una forma muy dulce para Ryo.

Ese momento fue realmente importante para él, como si hubiese pasado en cámara lenta su noble y gentil saludo, su tierna y dulce sonrisa, sus enormes y hermosos rasgos de "pechonalidad", subiendo y bajando, sería la misma Keiko la que lo sacaría de sus pensamientos mandándole a venir con ella, así pues Ryo iría a la par con ella, la verdad es que se sentía muy cómodo y feliz de ahí con ella a su lado.

De un momento a otro todo cambió ya quedando helada y poco a poco intentando retroceder al ver un espectáculo para niños con un payaso en el jardín, ella comenzó a temblar, Ryo aún sin entender miró su rostro y se veía tan pálida con tanto terror...

Cuando se acercó el payaso a darle una flor hecha de globos ella gritó — ya paren— y salió corriendo del lugar.

Ryo sonrío que ya se emocionó demás como la flor y se fue afortunadamente, Ryo era bastante rápido e inteligente y la buscó por lugares oscuros y vacíos, miró un mechón de su cabello en una casa maltratada de madera a la que los niños ignoraban, así que Ryo entró y encontró a Keiko llorando y bastante apenada.

— Si tienes cuidado no reventaran— dijo Ryo limpiando las lágrimas de Keiko con un pañuelo y le entrego la flor, para su sorpresa, Keiko la recibió.

—No, no son los globos, es que vas a pensar que soy muy tonta, pero les tengo miedo atroz a los payasos— bajó su mirada, realmente se sentía apenada.

—No tienes porqué pensar algo así, es seguro que tienes tus motivos, mi deber es protegerte, así que no te preocupes. Jamás estarás sola— Ryo abrazó a Keiko, ella no pudo evitar sonrojarse y sentir como su palpitar aumentaba rápidamente, cuando se sintió más tranquila se dispuso a contarle a Ryo lo ocurrido.

—Unos compañeros de mi salón y algunos de grado mayor decidieron jugarme una broma pesada, estaba feliz porque era la primera vez que mis padres me dejaban pasar Halloween en la escuela, recuerdo que se disfrazaron de payasos aterradores. Vinieron por la escuela incluso por la calle, pensé que iba a morir cuando lograron atraparme me llevaron a un cuarto oscuro en una casa abandonada, me ataron y dejaron sus máscaras ahí con un montón de cosas aterradoras. Liara me encontró unas horas más tarde. Ella les dio su merecido a los mayores, pero yo desde aquel día no puedo ver a los payasos ni en pintura, por eso discúlpame— Keiko tomó su brazo derecho con el izquierdo y los llevó a su pecho en forma de puño intentando aguantar las ganas de llorar una vez más.

Conmovido por la valentía de la chica, tomó sus brazos para después abrazarla a ella y decirle muy cerca — descuida no estás sola, lo superaremos juntos ¿confías en mí?.

Por algún extraño motivo el calor y las palabras de Ryo impactaron en el estado anímico de Keiko qué levantó la mirada y le dijo — cuento contigo.

Y así ambos salieron de la casa dirigiéndose a la pista de hielo para el entrenamiento de Keiko.


Créditos

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Créditos

Dibujo: Candynecroft

Historia: Trishiana

City Hunter X Witchblade [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora