Capítulo 10

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Enzo se habia la noche llorando de la rabia. Habia conseguido su objetivo de seducir a su tío pero que lo vuelva a rechazar le había dolido. Tenia la ilusión de estar con el en cuando lo conquistara, pero Manuel le había dejado claro que a pesar de que sentía algo por el no podían estar juntos.

Enzo se habia resignado, nunca iba a pasar nada más que un beso entre ellos. Y aunque le daba rabia, lo había aceptado, aunque en el fondo aun le costaba.

Cuando el joven de ojos verdes despertó, entro al baño y no se sorprendió al ver su horrible apariencia. Unas profundas ojeras rodeaban sus ojos del llanto, su pelo negro despeinado, la camiseta del pijama mojada en sudor "Una ducha lo arregla todo" se quita la ropa, la mete en el cesto de ropa sucia y entra en la ducha sintiendo el agua fria caer, todo lo fría que pueda resistir.

Manuel entra al baño ha lavarse la cara para ir a trabajar. No ha dormido nada en toda la noche, pensado en si había hecho bien en haber rechazado a su sobrino. El sentimiento tan intenso hacia el le asustaba, pero al mismo tiempo cada vez que lo miraba lo deseaba, como no había deseado nunca a nadie.

Ninguno de los dos se había dado cuenta que estaban juntos en al baño. Enzo había cerrado la llave de agua para enjabonarse pero cuando la volvió a abrir Manuel miro la ducha sin saber que decir. Habia despedido a su hermana hace diez minutos "Enzo..." la última vez que estuvieron juntos en el baño Enzo le había mostrado su escultural cuerpo al completo pero esta vez no iba ser asi.
-Enzo- dice Manuel en voz alta. Enzo se había paralizado y no sabía como reaccionar. Solo se oía el agua correr mientras que los dos, en completo silencio no sabían que hacer. Manuel acerca su mano despacio a la cortina de la ducha acariendo la sombra de Enzo. Enzo mira de reojo la cortina y contiene la respiración al ver la mano de su tío acariciarlo sin tocarlo. Manuel desea entrar con el.

En cuando abre la cortina no duda ni un segundo y se lanza a besarlo entrando en la ducha empapandose de pies a cabeza. Enzo se deja llevar por sus sentimientos más carnales y abraza el cuello de su tío correspondiendo al beso ardiente y pasional que están tendiendo. Manuel levanta a su sobrino por los muslos enredando sus piernas en sus caderas y lo empotra contra la pared de la ducha bajando sus besos a su cuello. Enzo levanta la camiseta mojada de su tío para acaciar su espalda sin ningún problema mientras que Manuel acaricia el cuerpo desnudo de su sobrino con total libertad.
Manuel apreta su cuerpo con cuidado en el de su joven sobrino, para que sienta su latente erección. Enzo sonrie pícaro sintiendo el cuerpo ardiente de su tío, sus labios, sus manos tocandole por todos lados sin vergüenza alguna. Se restriegan, se acarician, se besan, se calientan. Manuel baja sus pantalones un poco para sacar su adolorida erección a la luz para hundirse en el despacio sintiendo como su sobrino jadea de placer...

-¿Quieres salir del baño por favor?- dice Enzo en voz alta haciendo que su tío salga del trance donde estaba. Manuel estaba aferrado a la cortina del baño apunto de abrirla, pero estaba claro que su sobrino ya no quería estar con el, y el mismo se había encargado de provocar ese rechazo en su sobrino.

Manuel salió del baño con rapidez y cuando cierra la puerta se apoya en ella cerrando los ojos con fuerza evitando que las últimas contenidas salgan. Deseaba entrar en el ducha con el, pero tenía que reprimir sus instintos. Respiro profundo y camino hacia su habitación.

Enzo se hecha a llorar con pena mientras que el agua aún caia sobre el "¿por que me hace esto?" Se pregunta llevando sus manos a su pecho sintiendo como su corazón se rompe en mil pedazos. Podían entender la actitud de su tío pero no estaba dispuesto a sufrir por el.

Cuando Manuel salió de su habitación ya vestido, Enzo ya no estaba en la casa.

Enzo prefirió hacer todo deprisa y corriendo para salir antes de su casa y no encontrarse a su tío en todo el día. Así que se fue al trabajo intentando estar de buen humor pero en cuando vio a Cristina rompió en llanto y la abrazó.
-No me cuentes... me lo puede imaginar- dice Cristina abrazandolo con fuerza para calmar el llanto de su amigo, que estaba deshecho entre sus brazos.

El turno estaba pasando con toda normalidad. Enzo estaba activo intentando no pensar en nada más que en trabajar. La cafetería estaba llena y el trabajo estaba arriba, así que Cristina y Enzo se encarnaban de atender a los clientes mientras que Luis de limpiar las mesas.

La hora de la comida había llegado y como todos los dias ambos amigos, se sentaban juntos a comer pero con una diferencia, el teléfono de Enzo no paraba de sonar.

-o pones en silencio el movil, o lo estampo contra el suelo- dice Cristina harta de todos los mensajes que le estaban llegando a su amigo, su tio no paraba de mandarle mensajes. Enzo intentaba no responder, pero pecaba en hacerlo aunque de una manera fría y cortante.
-Es mi tio- respondo casi en un susurro.
-Te rechaza pero luego te busca. Tu tío tiene un problema- dice Cristina moleta masticando el pollo de su ensalada.
-Si...- suelta Enzo es un suspiro

MANUEL
solo me preocupo por ti

ENZO
si, ya he comido

MANUEL
¿Quieres que pase a buscarte al trabajo?

ENZO
no hace falta, gracias.

MANUEL
Vale. No llegues tarde a casa.

ENZO
No te preocupes.

MANUEL
¿a que hora llegarás?
Te lo pregunto por tu madre. Que se preocupa.

ENZO
entonces hablaré con ella.

MANUEL

Vale

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