Rumbo a Barcelona

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Llevábamos más de media hora dando vueltas con el coche y mi padre empezaba a desesperarse por momentos.

El motivo de dar tanta vuelta por el centro era por la celebración del día del Orgullo Gay, eso hacia que mi padre se pusiera de más mala leche porque desde siempre a sido un hombre con la mente muy cerrada y no podía llegar a entender que pudiera existir amor entre personas del mismo sexo.

Después de un rato y de parar en varias calles, paramos en un semáforo.

Mientras esperábamos a que se pusiera en rojo, miré por la ventanilla del coche para ver alguna de las carrozas que pasaban por delante y de repente mi mirada se centró en dos chicas las cuáles estaban bastante cerca una de la otra.

Estaba pendiente de lo que pudiera pasar y al final pasó lo que me imaginaba...

Las dos chicas empezaron a besarse y a jugar con sus lenguas introduciéndolas en la boca de su pareja.

En ese mismo momento me quedé con la boca abierta porque era la primera vez que veía a dos chicas besarse y no me desagradó ni un poco, al contrario, me gustó y de no ser por mi padre que empezó a despotricar al ver a esas chicas habría seguido disfrutando de aquel beso lésbico.

-No les dará vergüenza armar el espectáculo que están montando!

Ojalá que llegue pronto el medicamento para curarles esta enfermedad!-así acababa mi padre su discurso como lo hacia siempre cuando veía algo relacionado con la homosexualidad.

Cuándo me quise dar cuenta ya habíamos salido de aquellas calles donde había sentido algo que por más que le daba vueltas no conseguía ponerle nombre.

De nuevo tomábamos rumbo hacia Barcelona.

Estaba tan agotada y aburrida de tan largo viaje que me quedé dormida profundamente

Cuando me desperté me di cuenta de que ya estábamos en Barcelona simplemente porque es muy diferente a Valéncia y justamente paramos delante del Camp Nou donde muy cerca vivían mis tíos a los que íbamos a hacerles una visita ya que no les habíamos visto en todo el verano.

Y hablando de verano me pongo a pensar y mi mente se enciende con luz de alarma...

Mañana empezaba el instituto!

Madre mía no me lo podía creer! El verano se me había echo más corto de lo que yo hubiera querido...

Volviendo al presente la comida con mis tíos Lola y Toni fue bastante quitando las pullitas que el tío le tiraba a mi padre sobre cualquier tema que hablaban.

Cogimos el coche y aunque a mi madre no le hacia mucha gracia volver a Valéncia a las 9 de la noche no tuvimos más remedio.

Estábamos ya en casa y lo primero que hice fue ir a mi habitación y dejarme caer encima de la cama.

No quise cenar porque mi cansancio me lo impedía tanto que entré enseguida en fase Rem.

Se me pasó la noche como si hubiera cerrado y abierto los ojos en un segundo.

Dos minutos antes de que sonora el despertador de la Cenicienta (regalo de cumpleaños a los 6 años) me despertó un fino rayo de Sol que se reflejaba en mi ojo medio adormiscado y minutos después sonó el despertador.

Aun no me podía creer que empezara el curso!

Desayuné lo más rápido que pude porque si me entretenía unos segundos más fijo que llegaba tarde aunque bueno, eso de llegar tarde no es raro en mi...jajajajajaja

Me faltaba atarme los cordones de las zapatillas y salir pitando de casa para llegar a tiempo a la parada del autobús.

Cerré la puerta de un portazo y fui corriendo a ver si por suerte podía llegar a tiempo antes de que pasara el bus.

Gracias al carreron que me metí llegué justa.

Subí al bus, pagué al conductor y...

Besos en su espaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora