Deseaba con todas mis fuerzas que se hiciera de noche para que viniera Irene a recogerme y poder besar una vez más sus suaves labios aquellos que hacían que se parara el tiempo.
Mientras, me puse a organizar la habitación para que mi madre no me diera más el tostón y así poder matar el tiempo un rato.
La habitación estaba echa una pocilga y en eso tenía razón mi madre.
Encontré debajo de la cama el par de un calcetín negro a rayas blancas que hacia un mes que no veía, estaba lleno de pelusillas.
Seguí limpiando la habitación pero no me podía quitar de la cabeza a Irene.
Cuando acabé me bebí una coca cola para reponer fuerzas y fui al baño a peinarme porque quedaba a penas una hora para que llegara Irene a recogerme.
Al final decidí hacerme una coleta alta, y me sorprendí a mi misma de lo bien que me había quedado.
El móvil sonaba...
Llamada Irene
-Hola preciosa
-Hola
-Estoy esperando abajo, bajas ya?
-Claro
Bajé corriendo por las escaleras, no podía aguantar ni un segundo más sin verla y mucho menos sin noche la.
Tuve un pequeño tropiezo en el último escalón pero no llegué a caerme.
-Hola...-le dije con una sonrisa tímida.
Me miró de arriba a bajo y me dijo:
-Estas realmente preciosa...
Su mirada picara y su sonrisa empezaban a nacer.
No le agradecí el alago que me acababa de hacer y sin pensarlo más veces me abalancé sobre ella y la besé.
Nuestros labios ya se conocían pero cada beso era aun mejor que el anterior.
-No sabes las ganas que tenia de esto Marta...
-Yo también tenia unas ganas locas de besarte...
Volvimos a besarnos y esta vez más apasionadamente.
Después Irene me contó que el plan de aquella noche era montar un pic-nic sobre la hierba.
Me pareció perfecto.
Ella llevaba una mochila con tupers y una nevera de playa para la bebida.
Ya habíamos llegado al césped donde íbamos a cenar.
Extendimos la manta para sentarnos encima y pusimos los tupers sobre ella.
Servimos la cena en los platos y empezamos a cenar.
-Sabes? Cuando te conocí sabia que ibas a empezar a gustarme.
-Enserio?
-Si...Y ya lo ves...me encantas y se que es pronto para decirlo pero...Te quiero
Me incliné y le di un beso.
-Yo empecé a sentir cosas por ti en cuanto te vi...Y no quería hacerme la idea de que cabía la posibilidad de que me gustaras aunque fueras una chica y yo supuestamente "hetero".
-Marta...estas segura de que eres...ya sabes...lesbiana como yo?
-Si, acaso lo dudas!?
-No pero tu misma lo has dicho...
-Ya, ya se que es difícil pero creo que no hace falta nacer homosexual para que luego pases de hetero a homo.
Si quieres que te sea más concreta quiero que sepas que me atraes mucho físicamente y...
-Jajajaja ya sé por donde vas...No hace falta forzar nada y no te voy a obligar a hacer nada que tu no quieras...
Me quedé mirándola fijamente a los ojos sin quitarle la mirada de encima.
-Tengo algo de comida en la cara?
-Jajajajaja no
-Entonces?
-Te quiero
En ese momento no fui yo quien la besó, me besó ella a mi y con unas ganas sobrehumanas.
Nos besábamos cada vez con más ganas y nos tumbamos sobre la hierba una encima de la otra.
Irene estaba encima y yo podía contemplar perfectamente su preciosa cara a la luz de la luna mientras me besaba y me miraba con ojos brillantes.
Yo le cogía la cara con las dos manos y ella postraba sus manos sobre mi cintura.
Notaba que el ambiente iba subiendo de tono y que en aquel instante podía pasar de todo aunque estuviéramos fuera de casa.
-Marta...-decía mientras me besaba el cuello.
-Ummm-dije mientras solté un pequeño gemido.
Se apartó de mis labios a escasos centímetros y me dijo:
-Marta quieres hacerlo...?
-Porque me lo preguntas?
-Porque...Tengo unas ganas locas de hacerlo contigo ahora...
-Pues...hazme un favor y no hablemos más...
Me besó con lengua y aquello daba pié a que empezará la acción.
Me besaba mientras que al mismo tiempo me subía la camiseta hasta llegar a quitármela por completo incorporandonos hasta quedar sentadas una frente la otra .
Yo hacia lo mismo hasta que quedamos las dos sin camiseta.
Irene llevaba un sujetador deportivo de color azul y no pude evitar mirarle los pechos.
Nos mirábamos...
Le cogí las manos y le guíe dibujando un camino desde mis hombros hasta que le hice que me tocara las tetas.
Irene estaba excitada pero no más que yo.
Yo deseaba experimentar un placer totalmente nuevo para mi con ella.
Volvió a besar mi cuello pero esta vez dejando marca.
Bajaba por mi cuerpo hasta el fin de recorrerlo sin dejar ningún centímetro sin besar.
Besó mi ombligo y con las manos seguía tocando mis tetas.
Cada vez bajaba más y más y yo no aguantaba.
Estaba mojadisima y Irene aun no me había hecho "nada".
Se ubicaba en el pubis en el cual noté que dibujaba un corazón con la lengua húmeda.
Bajaba y bajaba hasta que llegó donde más deseaba que llegase.
Solté un gemido cuando Irene lamió mi clítoris.
Ese ritmo no era normal!
Madre de dios!
Irene quería matarme a gemidos!
Yo no paraba de gemir y ella seguía concentrada en darme placer estimulandome el clítoris a un ritmo desenfrenado.
Cuando pude darme cuenta Irene subió hasta la altura de los pezones y empezó a morderlos mientras que movía sus dos dedos en círculos contra mi clítoris.
Sabía que Irene quería que fuera la única de las dos que esa noche quedargemir
isfecha.
Notaba su sexo a través de su pantalón por lo excitado y caliente que estaba.
Por eso mis manos fueron a desabrochar el pantalón que llevaba.
Le bajé delicadamente las bragas y fui acariciando lentamente su clítoris.
Irene soltó un gemido a la altura de mi oído.
-No hace falta...que lo hagas...-volvió a gemir
No le hice caso y seguí con mi misión al igual que ella.
No sé como los hicimos pero introducimos a la vez dos dedos en la vagina de la otra.
Movíamos los dedos dentro a la vez, al mismo ritmo, con la misma intención de darle placer a la otra.
Estábamos las dos con fuego que salia de nuestras caras.
Metíamos los dedos rápidamente hacia delante y hacia atrás.
Ahora si que estábamos mojadisimas las dos, nuestros sexos estaban juntos completamente.
Aceleramos mucho más la rapidez de nuestros dedos haciendo que hasta el último pelo del cuerpo se erizara.
Más y más movimiento hasta que llegamos juntas al orgasmo fundiendonos en un último beso en el cual Irene me mordió el labio inferior...
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Besos en su espalda
RomanceMarta con el paso del tiempo va experimentando, hasta el día en que se da cuenta de que su orientación sexual no és la que ella misma pensaba. En todos estos instantes estará rodeada de personas que cambiaran su vida por completo, en especial una de...