1. Yīnguǒ

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La primera vez que se sintió extraño fue el día en que se separó de sus Luchadores de la Libertad. Aquella vez había estado teniendo terribles pesadillas que no lograba recordar, y cuando despertaba lo hacía con una calidez tranquilizadora que lo hacía estremecer.

Es por ello que esos primeros días se decidió por no dormir, culpaba totalmente al remordimiento que sentía por lo que había estado a punto de hacerle a las personas del pueblo de Gaipan.

No había sido de gran importancia.

Las próximas veces fueron durante el recorrido hacia la Bahía Luna Llena; había notado mucho su resistencia al calor y sus horarios estaban bastante descolocados, le había atribuido su cansancio al viaje y su despertar temprano a la costumbre; despertarse con el sol no le era tan ajeno y de repente su luz se volvió agradable.

Después pasó lo del ferry y conoció a Li. Algo lo había atraído inmediatamente hacia él. Al principio se dijo a sí mismo que era por la cicatriz, ambos habían sido dañados por la guerra y la Nación del Fuego; después, cuando robaron y repartieron la comida del capitán a la tripulación de refugiados y se acercó más a él y a su tío, se dio cuenta que no solo era su rostro marcado sino en general. Le atraía: era fuerte, hábil y bien parecido, lo quería, por ello intentó acercarse más. Había sido muy diferente a lo que llegó a sentir por Katara, eso había sido pasajero y por conveniencia (aunque no se negó que era muy bonita), y la atracción hacia Li era distinta.

Entonces Mushi calentó su té, y la ilusión cayó. Eran maestros fuego. Jet odiaba a los maestros fuego, ellos habían provocado una guerra, asesinado a su gente y quemado su aldea, y sus padres murieron por sus manos; Maestros Fuego en Ba Sing Se era algo que no podía dejar pasar.

El ardor de la ira burbujeó en su pecho, sin embargo le había prometido a Smellerbee y Longshot un nuevo comienzo; esta vez haría las cosas bien. Esa fue la primera vez que conscientemente ignoro lo distinto que se sentía.

Aunque su corazón le decía que hablar y convivir con Li estaba bien, que era lo que quería y lo que anhelaba, su mente, en cambio, hacía lo posible por conseguir pruebas en su contra para entregarlos al Dai Li. Llegó a un punto en el que ya no supo si su obsesión era por atracción o por rencor, solo que lo necesitaba.

El punto de quiebre sucedió una noche: comenzaba a oscurecerse y había pasado todo el día en la casa de té de Pao decidiendo si invitar a Li a salir era una buena idea, al final su frustración había sido demasiada por lo que prefirió alejarse. Aunque no se fue y se sentó al borde de un tejado con vista a la tienda.

Se regodeo de enojo, no podía decidir qué era lo que quería y eso lo molestaba; odiaba a los maestros fuego, si fuera por él los haría desaparecer a todos, sin embargo después de tantos días de vigilar a Li había comenzado a dudar, y pasar sus tardes observando lo frustrado que se ponía por tener que servir té le había atraído más y le había hecho vacilar.

Entonces la rabia de su confusión calentó su interior y crepitó salvajemente con mucha fuerza. Estaba harto, decidido a entrar y confrontarlos directamente, tomó sus Fu Tao y cuando estaba a punto de saltar del techo se dio cuenta: su mano derecha estaba envuelta en una tenue llama.

Se asustó, obviamente, ¿de dónde había salido esa llama? ¿Los maestros fuego se habían dado cuenta de sus intenciones? Evitó gritar para llamar la atención, aunque el pánico que sentía estaba presente; agitó salvajemente la mano intentando apagar el fuego, pero era inútil. En su desesperación rodó por el tejado cayendo dolorosamente al suelo, se permitió unos segundos recostado para recuperarse del golpe con la mano derecha cosquilleando, había pensado que con la caída el fuego ya había atenuado terminando por apagarse, pero no, el fuego seguía encendido en su mano... y él no sintió dolor.

¡Hotman! [JetKo] ||ATLA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora