Recuerdos de un amor pasado.

004

Un martes por la noche Jimin salía de lo que eran sus clases de música por un pequeño retraso que había tenido con un instrumento en específico, (Podemos decir que Jimin era muy malo tocando la guitarra y el piano) así que necesitaba de clases extras para poder pasar la academia que sus padres se habían esforzado en pagar para su hijo. La noche caía en picada con un manto inmenso de estrellas cubriendo la mayoría del cielo ya que una parte estaba plasmada por una gran luna en el centro de aquel cielo, alumbrando gran parte de la ciudad.

Jimin caminaba entre las calles con cuidado pues sus padres no habían tenido tiempo suficiente para recogerlos, al contrario dejaron un pequeño mensaje para avisar que no podían asistir aquel lugar y recogerle.

"Hijo mío, nos surgió un inconveniente, lamentamos no poder recogerte, por favor ve con cuidado, te queremos mucho y te amamos"

Eso decía aquel mensaje en la pantalla de su teléfono celular, tenía bastante miedo el caminar solo casi en la oscuridad pero tenía que ser valiente, su hogar no estaba muy lejos, tampoco significaba que llegaría en un abrir cerrar de ojos, pero el trayecto no era en extremo largo.

La noche continuo avanzando y la noche se hacía cada vez más oscura, logro llegar al parque central donde habían muchas bancas al rededor de un pequeño kiosko, una atracción principal en el turismo de su lugar origen, algo cansado por los largos pasos que tuvo caminar por más de una hora decidió sentarse en una de aquellas bancas, reposando el cuerpo, recargando su espalda contra aquel respaldo y cerrando suavemente los ojos.

En ese pequeño lapso de tiempo se pusieron escuchar unas pisadas acercarse cada vez más poco a poco hasta donde estaba la anatomía de Jimin, reposando una silueta negra a simple vista frente a el. Fue entonces que escucho aquella voz.

— ¿Que haces por acá tan solo en la noche? — Pregunto aquel hombre hacia Jimin, sus manos estaban dentro de los bolsillos del pantalón, con semblante serio pero agradable.

— E-eh.. estaba camino a casa después de mi entrenamiento musical — Encogió suavemente sus hombros con algo de miedo.

— Si gustas puedo acompañarte para que no vayas solo, prometo que no intentaré secuestrarte o algo parecido, no soy esa clase de persona — Comento aquel hombre con sonrisa encantadora y cabellos alborotados.

Jimin no sabía si confiar mucho en el o no hacerlo, pero tampoco entendía muy bien como era que aquella persona caminaba entre la noche sin tener mucho miedo de que algo malo pudiera llegar a pasarle, tras unos largos minutos de pensar termino aceptando la propuesta de aquel muchacho, poniéndose de pie y saludando al joven antes que ambos comenzarán a caminar.

— Y.. cuénteme ¿Cómo se llama? — Pregunto Jimin para no hacer incómodo el caminar.

—Me llamo Jung Hoseok, es un placer ¿Tu cómo te llamas? — Aquel nombre jamás se le había cruzado por la cabeza hasta que apenas se le fue mencionado por el muchacho.

— Me llamo Jimin, mucho gusto ¿Tienes mucho tiempo por la ciudad? — Decidió preguntarle con una amplia sonrisa en sus labios.

— No mucho, mi familia por fin dejo que pudiera venir a instalarme acá, vengo desde muy lejos pero no puedo dar muchos detalles de dónde ¿Tú?— Aunque sonaba algo serio su hablar había algo en el que llamaba la atención de Jimin, quien sabe que podría llegar a ser.

— Yo llevo mucho tiempo viviendo aquí, reiteradamente desde que nací, mis padres me tuvieron a los veinte años, así que no son muy mayores, me gusta mucho aquí, no podría ir a cualquier otro lugar, me sentiría extraño — Con forme ambos caminaban se iban acercando a su destino.

— Bueno, tienes razón, al principio cuando llegue me sentía extraño, no conocía nada, ya que de dónde vengo lo que ustedes dicen conocer no existe del todo, es diferente a como ustedes ven las cosas, puedo llegar a decirte que todo es más oscuro de lo que piensas, no oscuro se forma maligna, al contrario, en cuanto a colores, los alimentos son amargos, y no tienen mucho color, solo uno especifico, pero podemos abstenernos de detalles — Encogió suavemente sus hombros Hoseok, bajando su cabeza hacia el suelo, mientras al caminar golpeaba algunas piedras diminutas haciéndolas brincar hacia distintas direcciones.

— Comprendo, seguro debió haber Sido difícil dejar tu lugar de origen para venir por aquí ¿Cuántos años tienes? — Pregunto el menor, aunque esa curiosidad se descarto cuando el muchacho nego con su cabeza, una esas exacta a la humana no podía decir, lo que mejor le llegaría a salir sería un "120 años" aproximadamente, el no lo creeria, se le haría bastante extraño y heme ahí se le iría todo el misterio.

— Mira, creo que hemos llegado ¿Esta es tu casa? — Señaló hacia la enorme casa detrás de Jimin, cuando esté se dió la media vuelta para ver en dirección hacia Hoseok.

Jimin dió medida vuelta observando su hogar, en efecto, habían llegado, que rápida fue la caminata, no sintió para nada que hubiera durado una eternidad, si de ella estamos hablando.

— Sipi, está es mi casa, muchas gracias por acompañarme, ¿En algún otro momento te volveré a ver? — Pregunto al joven que estaba frente a el, quería saber si volvería a verlo, tenía algo interesante y las cosas interesantes le llamaban mucho la atención a Jimin.

— No lo sé, todo puede suceder, lo que si puedo decir es que si en algún momento necesitas de mi ayuda solamente si mi nombre, recuerda como dije antes, o te di a entender, me gusta mucho más la noche, siempre estoy durante la noche por la ciudad, es algo extraño posiblemente para ti, pero no para mí — Guiño un ojo hacia Jimin con una sonrisa en sus labios.

Las mejillas del menor se sonrojaron suavemente por el intento de coqueteo y llevo ambas manos a cubrir sus mejillas soltando también un pequeño suspiro por ello, pero fue tan pequeño que no se notó.

— Para nada, no me resulta extraño, al contrario es interesante — Fue alejándose del muchacho caminando de espaldas hacia la puerta principal de su hogar — Nos vemos hasta otro momento Jung Hoseok — Se despidió movimiento suavemente su mano en el aire hacia el mayor.

— Hasta luego Jimin — Solamente Hoseok levantó su mano en señal de despedida y se perdió caminando unos pasos hacia la oscuridad por el camino contrario al que habían regresado.

Jimin se dió la media vuelta cuando el joven se fue de cualquier rastro que pudiera pisar cerca de su hogar, y entro a este mismo, recargando se contra la puerta en buscar de pensar algunas cosas. Reposo su mochila sobre el sofá y se quedó pensando un momento en aquel muchacho.

Cómo era algo tarde para pensar toda la noche en aquel hombre, Jimin camino escaleras arriba hasta su habitación donde buscaría la pijama y cambiaría el atuendo anterior por el reciente, sus padres no estaban en casa por lo que no deseaba ser regañado, cuando terminó de cambiarse fue hacia la ventana y se quedó pensando.

— ¿De dónde serás Jung Hoseok? — Pregunto a la nada recargando su mejilla en el marco de la ventana.

Cuando los minutos pasaron Jimin se decidió ir a dormir, recostó su cuerpo en la cama bajo las sábanas color azul celeste, apagó la lámpara y se recostó, sus ojos fueron cerrados, la noche hizo su trabajo, durante toda la noche Hoseok se sentó en su ventana viendo cómo dormía Jimin, se veía como un ángel, hermoso y perfecto.