X.

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Ya estabas perdiendo la compostura.
No eras esa inocente muchacha.
Respetarían tu nueva posición, quisieran o no.
Así fuese mediante la coacción.

⛓️

Era cierto que vivir con el Shie Hassaikai marcó tu muerte y renacimiento, como esa etapa en la que el hombre volvió a encontrarse así mismo y buscó desesperadamente concepciones sobre quién es, cuál es su propósito, entre otras ideas filosóficas o de tal naturaleza que pudiesen contar. Así que no resultó sorpresivo que comenzaras a adoptar ciertos comportamientos similares a los de Chisaki, no porque fuese "tu jefe" o luego, cuando se vio preparado para pedirte que asumieras el puesto como su pareja, había sido tan espontáneo e irónico que los miembros de la organización hubiesen bromeado sobre eso si no estuvieran bajo amenaza.

Ellos te respetaban. Ponían su vida en la línea del abismo, y aún así cumplían su misión, sabiendo que llegarían a la base a ser sanados con tus poderes de sanación casi milagrosa, hasta que poco a poco Overhaul se volvió más posesivo y celoso, guardando tus habilidades para ocasiones muy graves y específicas, porque no deseaba sobrecargarte de trabajo y que luego estuvieras durmiendo por largas horas debido al cansancio físico y psicológico que implicaba curar todo tipo de daño en sus subordinados.

— ¿Es necesario que ella esté aquí? —bramó la estirada mujer pelirroja al otro lado de la oficina principal, mirándose el esmalte negro de sus uñas en gesto desinteresado.

—No veo porqué eso deba estar en discusión, de todas formas usted vino a hacer negocios conmigo y en caso de estar en desacuerdo, allí está la puerta —rugió el líder, juntando sus manos cubiertas por los guantes negros, sus ojos amarillos como los de un reptil brillando cuando se giró ligeramente para mirarte.

Le sonreíste, tu aroma a lavandas y cerezas era una combinación tan atípica como tu personalidad, pero ahora se mezclaba con el olor del limón y la lejía. Seguiste leyendo el grueso tomo de psicología clínica que reposaba en tu regazo, ya que habías estado considerando en apuntarte a una especialización en psiquiatría y luego avanzar hacia el doctorado. Eso sería un plus muy conveniente para el sindicato del crimen que dirigía tu novio.

Kurono curvó los labios en desaprobación, observando como la secretaria del otro capo de la mafia buscaba atraer los ojos depredadores del jefe a su generoso escote enmarcado por un vestido de látex vinotinto. Sin embargo, Kai permanecía desinteresado y hasta aburrido, bajando sus irises llamativos a las hojas que contenían el acuerdo entre los jefes, sin llegar a una conclusión todavía.

Te dispersaste un poco entre tantas ideas que nadaban en tu cabeza, escuchando la voz del varón dictar órdenes a su fiel mano derecha que no tardó en acatar y echar a la fémina que le estaba haciendo perder el tiempo sin nada nuevo que aportar respecto al tráfico de drogas vinculadas a las particularidades. Así que cuando levantaste el rostro hacia el escritorio de madera, donde se suponía que debía estar Kai, te encontraste con su postura inclinada hacia ti, detallando cada rasgo en tu expresión sorprendida e ingenua cuando se inclinó para depositar un suave beso en tu boca, bajando la mascarilla antes de sentir sus fríos y mentolados labios.

—La próxima vez haré que el hierro en su sangre se convierta en agujas y le atraviesen la garganta —dijiste, separándote del arrebatador beso y acariciando sus mejillas con tus manos.

—Esa es mi chica.

Flores Curativas ❀ Chisaki KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora