La foto...

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— vamos lexie, ya estamos por terminar—me dice scar.

después de tener una noche de películas y diversión nos despertamos temprano a terminar los preparativos.

—ya estoy cansada scar—le respondo mientras corto la tela del atuendo que estamos haciendo- aparte, falta muy poco para ir a la uni, tenemos que prepararnos.

—que ya lo se, pero quiero terminar nuestros atuendos así puedo irme. es lo único que nos falta, y cuando volvamos de la uni no quiero hacer nada.—suspira—nunca mas vuelvo a prestarme para esto.

— y yo prometo escapar cuando te vuelvas a prestar.—nos reímos juntas.

****

una ves salgo de clases suspiro aliviada, el profesor me dijo que las actividades mías estaban muy bien y que podía irme del aula. Por suerte, no mandará más trabajos por unos días.

Que alivio...

Camino por el pasillo lleno de estudiantes para ir a mi casillero, agarro mis cosas y lo cierro con cierta fuerza.

Una ves que salgo veo a charls, esta con un ramo de flores.

Se viene corriendo hasta mi y una amplia sonrisa cruza por mis labios.

— oh Charls...—digo agarrando su obsequio— no tenias por que darme...

— si, si tenia—mete sus manos en los bolsillos de su jeans— estás hermosa, como todos los días—alaga.

De inmediato me sonrojo, nunca me han dicho cumplidos Tan directos, y aunque no fuesen directos me sonrojo igual.

Siempre que intentan hacer este tipo de cosas mi cara se ilumina con un color rojizo, avisando a la otra persona que la vergüenza me invade.

—gracias.., también tu—devuelvo el cumplido—  gracias por las flores, están muy bonitas. Tendrán un hermoso lugar en mi habitación—cuento.

— me encanta la idea..—mira su reloj— debo irme, espero te hayan gustado y... nos vemos luego.—me dice antes de agitar su mano en modo de saludo y salir corriendo por las escaleras.

Huelo las hermosas flores, tienen un olor a naturaleza que invade mis fosas nasales, haciendo que mi nariz se arrugue.

Voy caminando con el gran ramo en mis manos, estoy pensando en un excelente lugar para colocarlo.

Las chicas enloquecerán cuando lo vean.

Cuando llego a casa dejo las llaves en la mesita de la entrada, cuelgo mi abrigo y mi mochila, camino por el living buscando un lugar para las flores.

Cuando las estoy acomodando y dejando lejos de mucho sol empiezo a escuchar gemidos.

¿Cómo demonios son los gemidos?

Supongo que es básicamente gritar pero tapándote la boca.

O que alguien te la tape.

Camino por la cocina confirmando que haya escuchado bien, identificó nuevos gemidos que me hacen comprobar lo qué oí.

Voy por el pasillo pensando en ir a ver o no, tomo el camino del ir a ver. Seguro me saque la única inocencia que me queda, pero ya que.

Veo que la puerta de la habitación de scar está entreabierta, me acerco y abro apenas para poder asomarme y ver.

Me quedo congelada en el lugar, mis pies pierden movilidad al igual que mis brazos y cuerpo.

Esta scar en cuatro mientras que un chico jamás visto la embiste.

Mis ojos se salen de sus órbitas. Me sorprendo demasiado para mi gusto.

Me tocan el brazo y me giro a la defensiva en pocos segundos.

— vámonos—susurra Miranda— déjala, no nos ha visto aún.

Tira de mi brazo para arrastrarme fuera del lugar, una ves que lo logra me mira.

— ¿que te ha pasado lexie?—pregunta frunciendo el Seño.

— no lo sé.., jamás eh visto a personas...esto...aja, y por primera ves lo acabo de ver. Creo que me quede en un shock o me sorprendió bastante—le cuento.

— está bien, solo quería saber por qué me pareció extraño que te hayas quedado paralizada—se sienta en el sofá agarrando su celular— ¿cómo van con las cosas del concierto?

Me siento a su lado— estamos...vamos bien, sinceramente me parece bastante revelador el atuendo, pero no me morire si lo uso—contesto.

Me mira— si te sientes incómoda dilo, no te mataremos por ello, lo que si, siempre usa las cosas por que a ti te gustan, no por lo que digan los demás o no les guste a los demás. Se libre, mujer.—deja caer su espalda contra el respaldo y mira su celular.

Sonrió. Ella siempre es de defender a las mujeres y a sus derechos.

Mi celular suena y me giro rápidamente.

Me llega una notificación de Instagram, hago clic en ella y me revela una foto mía.

Mía y de Elliot...

La cuenta es anónima y no tiene información ni historias. Mis ojos leen los comentarios y siento una presión en el pecho.

Ja, yo sabía que era una zorra.

¿Ya está con la nueva?, era de esperarse.

Como todas.

¿Ya se dejó?, pero... ¿no acaba de llegar? Que perra.

Unas ganas Tenia de acostarse.

Una puta.

Rompo en llanto delante de Miranda, la cual me mira ajena a lo que me está sucediendo.

— ¿qué pasa...—no termina la pregunta por que una notificación le llega, la mira, analiza y me mira con tristeza— esta bien, todo esta bien...—me dice envolviéndome en sus brazos.

Escuchamos cómo viene alguien caminando y se asoma en busca de nosotras.

— ¿lexie?—pregunta scar.

Cuando se da cuenta de la situación viene hasta a mi— ¿que sucede Miranda?—la mira.

Miranda levanta su celular y le enseña lo que me ha echo ponerme así, scar cuando se da cuenta me abraza también.

— no pasa nada, está bien—acaricia mi cabeza— haré que lo borren a las buenas o a las malas.

Considerando que la imagen no muestras mucho no creo que lo borre la aplicación.

Es de esa ves que Elliot me beso en su auto y casi pasamos a otra cosa, entre manoseos y besos.

Aun así me da demasiada vergüenza.

— te dije que no te metieras con el, lexie—cuestiona scar— el no es bueno...

Levantó la mirada— eso fue hace demasiado, lo aleje de mi, jamás quise volver a verlo—me levanto— déjenme sola—emprendo viaje hacia mi habitación.

No me gusta cuando la gente, aunque estés muy destruido en el momento, te recuerde lo estupido que fuiste al hacer algo.

No entiendo por qué lo recalca.

Abro la puerta de mi habitación y me tumbo en la cama.

Mi cara queda pegada a la almohada, aprovecho eso para dar un grito que queda contra esta, un grito necesario de echo.

Adictiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora