Libre.
Más allá, donde termina el mundo: El otro mundo.
Shadow.
— Padre— Me apresuró a seguir al hombre más aterrador que haya pisado la tierra— ¿Si quieras me estás escuchando?— se da la vuelta haciendo haciendo que me detenga en seco. Es un hombre alto de cabello negro azabache, que me observa con sus ojos gris ceniza con mucha frialdad y fastidió. Me congelo por un momento, pero aún así mantengo la mirada, tengo que verme decidido— ¿Ni quisieras pudieras considerarlo?
— He dicho que no— Su voz es tan grave y gruesa, como áspera y fría— No tengo que considerar nada, no irás a ese lugar.
— Pero, tengo que ir— Me atrevo a mantener la mirada en él— Necesito ir, algo o alguien me está diciendo que debo ir.
—¿Y exactamente por qué tienes que ir?— Se cruza de brazos esperando mi respuesta, una que no se darle a ciencia cierta, ya que ni yo mismo sé por qué estoy pidiendo semejante tontería, sabiendo a lo que me estoy enfrentando y arriesgando a hablar con mi padre de esto.
— Desde hace meses que alguien o algo en mi cabeza me ha dicho que tengo que ir— Intento explica de la mejor manera pero se que con esto no lo convenceré— Servaduos, en verdad que se que esto es una tontería para ti, y no quiero hacer perder tu tiempo, pero te suplico que me dejes ir, tengo el presentimiento que esto debe tener un propósito para mí futuro. Se que no te importa ni te interesa, y si te doy sincero no tengo ni la más remota idea de porque estoy haciendo esto, pero tengo que hacerlo, necesito hacerlo si no me volveré loco con esta maldits voz en mi cabeza que me tortura cada día- Mi padre me observa con la misma expresión desde que empezamos está conversación, sin algún rastro de responderme— Lamento molestarte, no volverá a ocurr...
—Te espero en el Gimnasio en 1 minutos—Dice mientras se da la vuelta y se encamina hacia un pasillo oscuro que se en encontraba antes a sus espaldas.
¿Que acaba de pasar?
Estoy paralizado en la mismo lugar durante unos minutos, cuando entro en razón.
Me ha dado una oportunidad.
Mierda, tengo que ir al Gimnasio.
— Intercambio— Una sombra me rodea el cuerpo mientras soy absorbido por ella, cierro mis ojos en el proceso, segundos después me encuentro en el Gimnasio, la sombra a mi alrededor se desvaneció, dejándome ver qué hay muchos Soldados Oscuros luchando entre ellos. Pero no veo a Servaduos por ningún lado.
Tengo unas cuantas miradas en mi, mi presencia en mi resaltante o a menos eso es lo que dicen. Me encamino hacia los vestidores y mientras doy cada paso muchos Soldados se apartan del camino, en verdad estoy muy fastidiado y un poco emocionado, aunque no lo suficiente para confiar en lo que hará Servaduos.
Cuando entro todos los Soldados dentro de el me observa con terror, les dedico una mirada fría, y todos de inmediato salen dejándome solo.
Procedo a cambiarme a mi ropa de combate, y envío varias sombras a mi habitación para que me traigan mis armas. Me término de equipar cuando lo siento.
Es él, su presencia y escencia es imposible de pasar desapercibido, me apresuró a salir del vestidor para verlo, está parado en la entrada del Gimnasio mirando a todos, se que me está buscando, hacia que me encaminó hacia el centro para que me puedo ver. Lo observó desde la distancia cuando capta mi presencia y posa sus ojos en mi.
Hay mucha tensión en el ambiente, estoy seguro que este hombre tiene algo entre manos.
— Creo que llegue un poco tarde— Sonríe. Maldita burla, siempre tiene que hacer lo mismo. Lo imitó pero con mucho más descaro.
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Destinados ©
FantasyElla, Ophelia, un joven chica con una vida interesante. Desde niña vivía entre las sombras, entre la oscuridad, entre 4 paredes, sin poder recordar los rayos del sol, o algún tipo de luz existente en el mundo. Ella es alguien valiosa y muchos los sa...