Capitulo II

13 1 0
                                    

Hoy es el día.

Londres, Inglaterra.

Centro Restringido de Investigaciones Elementales: C.R.I.E.

Ophelia.

—¿Madre?— Mi voz es un suave y bajo susurro, no quiero que los guardias me oigan, ellos piensan que no hablo, y así será hasta el día que logré salir de aquí— ¿Estás allí?— No obtengo respuesta alguna, es imposible ver aquí, mucho menos si tienes una venda cubriendo tus ojos. Seguro que sentí su presencia erróneamente— Maldición.

Me concentro en mis otros sentidos y me enfoco en las respiraciones, los latidos del corazón y los voces. Hay alrededor de 5 guardias, uno en cada celda que hay en el pasillo camina de un lado a otro, sus pisadas son constantes y pesadas, están cansados sus respiraciones lo dicen todo.

Momento perfecto para hablar con Dimitri.

Hora de conseguir suficiente fuente mágica para usar telepatía.

— Dimitri— No hay buena conexión, mierda. De seguro ese idiota está durmiendo— ¡Dimitri, despierta!— Una leve punzada ataca mi cabeza, allí esta— ¿No sabes hacer algo más que no sea dormir?

— Hola a ti también, mi pequeña flor— Oigo una bostezo— ¿Que más quieres que haga en un lugar como este?, solo puedo rodearme de flores y dormir gracias al aire puro que tengo aquí, aúnque pronto las cortaran— Dice un poco soñoliento— Además, ¿Que ocurre?, te noto un poco agitada.

— Sentí la presencia de mi madre hace unos minutos— le explicó, mi madre no suele aparecer mucho por aquí, solo cuando ocurre algo malo en algún laboratorio de prueba o me quiere decir algo, pero está vez no dijo nada.

— ¿Que?¿La Diosa Datda?— Su voz cambio de soñoliento a alarmada y sorprendida— ¿Que te dijo?¿Ocurrirá otro ataque o te dará una nueva palabra clave para conseguir armar el plan de escape?.

— No tengo ni la menor idea, Dimitri. Solo pude sentir su presencia y por eso desperté— Trato de explica un poco resumido, Dimitri es inteligente, demasíado. Y por eso está en un área más o menos aislada en una celda de máxima seguridad, tienen miedo que pueda hackear el sistema, su coeficiente intelectual es de 500, le han hecho infinidades de pruebas y nadie sabe el orígen de su inteligencia, nadie sabe el orígen de nosotros, por eso estamos aquí- Pero no me ha dicho nada, es un poco raro. Ella nunca aparece si no tiene algo que decir. Tengo que informarlo a los demás, permanece en la conexión y no te duermas, la última vez lo hiciste.

Vibraciones, trato de conectar con los demás pero algo interfiere. Vamos, Ophelia, tu puedes, concentra más energía. Allí está.

— Chicos— Digo de manera tranquila, nadie responde— ¿Avery?¿Volk?¿Raven?— No responden— ¿Dimitri?

No escucho nada.

¿Que mierda?.

— ¿Que?—  dice exaltado, se había dormido— No me dormí, lo juro— Explica muy rápido.

— Los demás no responden— Intento no sonar preocupada pero esto es algo que nunca había pasado— Pero efectivamente están allí, no entiendo que pasó.

— ¿Volk no responde?— Su voz es serena, para ser muy inteligente creo que no se a dado cuenta de la situación.

— Nadie responde, puedo sentir las corrientes de aire en la habitación de Volk, puedo escuchar agua corriendo en la de Avery y puedo presenciar la escencia de electricidad en Raven. Pero no responden— explico de la mejor manera posible.

— Espera un segundo— se lo que hará, su poder es crear vida de manera natural, árboles, flores y frutas, soy consciente que tiene flores en todas las habitaciones para poder transportarse, pero no puede durar más de un minuto porque los guardias chequean las habitaciones en menos de dos minutos, en menos de los que pienso, la presencia de Dimitri está en mi habitación, me atrevo a quitarme la venda para poder de los ojos gris verdosos chillón que posee este idiota, nuestros son sobrenaturales, sus colores son despampanantes y llamativos, diferentes a los demás, los científicos y guardias los tienes diferentes— Estoy aquí, ¿Cuál es la situación?— Se ve alarmado, su cabello castaño es una maraña descontrolada.

Destinados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora