Tu Eres Lo Que Amo

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Era increíble lo que contemplaba, aun no podía creerlo, los ojos del poderoso Lord se conectaron con los de la pequeña creatura como si el tiempo ya no estuviera transcurriendo, sintió un calor abrumador correr por todo su cuerpo al observarla, la inocencia y la ternura que emanaba envolvió al temible Sesshomaru y un sentimiento ya antes experimentado regreso, era el mismo como cuando Rin era una niña pequeña, era el deseo de protegerla, cuidarla y siempre tenerla a su lado. Una sonrisa escapo de sus labios, revelando la alegría que sentía en ese momento.

- Es tan hermosa como su madre – soltó casi susurrando con una leve sonrisa en sus labios

Si, en efecto era tan hermosa como su bella madre, pero no solo eso, había heredado los bellísimos ojos color cobrizos junto con la mirada inocente de Rin pero su cabello, era tan plateado tal como el de su padre y al igual que él, pequeñas marcas en el rostro de color vino rasgando sus pómulos y en la frente una pequeña luna del mismo color y su piel era tan nívea, tan clara como la de ambos. Una bellísima Hanyou

- Huele ah – pronuncio Inuyasha con respecto a la recién nacida

- Así es Inuyasha la bebe es una… - comento Kagome a su esposo aun sorprendida la escena frente a ellos

- Se… Sesshomaru – pronuncio débilmente la chica – ¿es una Hanyou cierto? – pregunto sorprendiendo al peli plateado al igual que a todos – no es pura como tú, pero tampoco es completamente como yo, tu… tu… ¿no la vas a aceptar verdad? – pregunto angustiada

Las palabras mencionadas por la débil joven paralizaron a Sesshomaru y a todos los presentes. Aquello había dejado atónito al Yokai quien con una mirada fría devolvió su atención a Rin quien muy preocupada lo observaba implorando respuesta. Las dudas en ella eran razonables pero no aceptables para quien las recibió, se había enfurecido, todos lo habían notado.

Aun si pronunciar su pensar el Lord dio un suspiro y se dispuso a responder.

- "Rin" – pronuncio fríamente mirando sin gesticulación a la mujer a lado suyo

- Será mejor que los dejemos solos – pronuncio Kagome saliendo del lugar junto con su esposo y la exterminadora.

Ella más que nadie sabía el momento en el que se encontraban los padres de la pequeña Hanyou. Aquello solo lo podían resolverlo ellos dos. Sin estar completamente seguro de la decisión de su esposa Inuyasha comento:

- ¿Crees que sea bueno dejarlos solos? – pregunto preocupado

- Si, es lo mejor – aseguro la sacerdotisa

- Es normal que Rin tengas esas dudas – añadió Sango

- Note al igual que ustedes la alegría de Sesshomaru al ver a su hija, además al parecer regreso por Rin, estaba sumamente preocupado por ella cuando llego – menciono con una sonrisa de esperanza en sus labios

- Pero el imbécil no es muy inteligente para hablar con las mujeres – comento en burla el Hanyou

- Tu tampoco Inuyasha – dijo en tono de fastidio su bella esposa

- ¿Qué dices? – pregunto molesto

- Digo que tengo la impresión de que la llegada de Sesshomaru fue necesaria, realmente creo que si podrán resolver lo sucedido entre ambos – desvió inteligentemente

Tu eres lo que amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora