Bajo un hermoso kimono blanco con adornos de destellos plateados, hermosa caída con encaje dando énfasis a sus pequeños pero firmes pechos, con larga cola y mangas que terminaban en punta, se encontraba aquella hermosa mujer quien en ese momento, no podía sentirse más nerviosa, a pesar de estar sentada esperando a que sus madrinas la terminaran de peinar el dolor en el estomago le causaba moverse sin parar.
- Calma Rin deja de moverte – escuchaba de ambas mujeres
- Lo siento – repetía continuamente cada vez que la reprendían
- Listo, ya estas – menciono Sango
- Rin, linda ya puedes verte al espejo – comento Kagome
La chica con un poco de inseguridad se acerco al gran espejo que le indicaron y fue ahí cuando por fin se vio, sus grandes ojos cafés se abrieron cual sorpresa, era bella por naturaleza pero ese día lucia mas que divina.
- ¿No quedo hermosa Yumika? – pregunto Kagome a la nana de Rin
- Hermosísima, mi niña, pareces un ángel – menciono la anciana muy emocionada
- Toma Rin, el último toque, ahora si ya estas lista – agrego la Miku dando a la joven un hermoso ramo hecho por flores sakura en color blanco
Tomo en manos el ramo y lo miro con ilusión, aquellas flores eran sus favoritas, degusto el aroma de las mismas y con una gran sonrisa agradeció a las presentes.
- Rin ya es tarde – menciono Sango
- Es verdad debemos irnos andando mi niña – afirmo Yukima
Las mujeres salieron de la habitación y se dirigieron a las escaleras las cuales llenas de guardias con armaduras color blanco y negro, custodiaban las mismas, había una alfombra en color rojo y en cada cinco escalones había un gran arreglo de flores, si, tanto Sango como Kagome habían puesto todo su empeño en adornar el palacio del Lord.
Casi terminando de bajar las escaleras se pudo ver al final a Inuyasha quien con una armadura del estilo de su padre; Inu no Taicho esperaba a Rin para llevarla a su futuro encuentro, la chica del kimono blanco miro de reojo a la derecha notando el sonrojo de Kagome quien al ver a su esposo, ruborizo en automático, su rostro y de igual forma el del Hanyou al ver a la madre de sus hijos con ese bello kimono rosa el rubor en sus mejillas apareció de inmediato. La chica soltó pequeñas risitas al notar a tal pareja.
- Bien, andando Rin – menciono Inuyasha tomando del brazo a la chica
Mientras caminaban al jardín, lugar donde seria la ceremonia, Rin, sin poder ocultar sus nervios comenzó a temblar, así como sentir que en cada paso le temblaban más las piernas, su respiración comenzó agitarse y el Hanyou de inmediato se percato y con un gruñido dio a conocer su desagrado.
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Era la primera vez que en su larga vida, sentía una gran ansiedad así como nervios y eso era realmente irritante, pero más por todos aquellos que se encontraban en su palacio, si no hubiera sido por ella, nadie hubiera pisado ese lugar pero en fin ¿qué podía hacer? Sabía bien que era inevitable decirle un "No"a esa hermosa mujer y aun mas difícil, evitarse a él mismo consentirla en todo lo que quisiera.
Aunque nunca lo demostraba abiertamente, siempre había cedido ante su protegida quien después se convirtió en su mujer, en su compañera y ahora se convertiría en su esposa ¿Cómo es que había llegado a este momento? Ni él lo sabía, pero lo que sí, era que estaba completamente cautivado por una humana, una insignificante humana quien era la completa dueña de su corazón.
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Tu eres lo que amo
FanfictionRin al estar enamorada se entrega en cuerpo y alma a Sesshomaru quien al percatarse de las consecuencias de tener como compañera a una humana, abandona a Rin en la aldea de Inuyasha ¿el poderoso Yokai al percatarse de sus verdaderos sentimietos podr...