Capítulo 5: Piel escamosa

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La última Luna llena había pasado sin incidentes. Los demonios necesitaban más energía después del gran despliegue que hicieron en Finisterre y tardarían más en aparecer.

Ahora, todo el grupo se encontraba en la ciudad de Lyon, en un edificio construido hace relativamente poco; se sabe porque la construcción es a base de cristal y acero.

Iara se despertó con las primeras luces de la mañana que se filtraban por la ventana de la habitación donde ella, Ana y Nayla estaban durmiendo.

Se desperezó y observó con los ojos legañosos que Nayla había acabado durmiendo en el suelo enrollada en una manta como si fuera sushi. Salió de la habitación y se dirigió al amplio salón adornado de manera bastante pobre con un par de cuadros y marcos de fotos. El salón tenía un gran ventanal hacia el exterior, una gran televisión plana y dos sofás, uno para cuatro personas y uno más pequeño que estaba ahora cubierto por varias mantas de forma desordenada.

Luis estaba de pie allí, observando por la ventana a algún punto no definido con las pupilas totalmente contraídas tras sus gafas.

En su mano tenía una humeante taza de té.

-¿Luis? ¿Qué haces despierto tan temprano?- Le dijo intentando camuflar su bostezo.

-Hoy he soñado con mi tío Eufrasio…- Dijo con voz apagada sin desviar la vista.

-¿Y?-

-Nunca he tenido un tío llamado Eufrasio.- Respondió mirando fijamente a Iara.

-Los sueños, sueños son. No le des vueltas, simplemente es fruto de tu imaginación.-

-Supongo…- Respondió dando un sorbo a su té. –Pero, aparte de él, he tenido otro sueño más raro.-

-¿Puede saberse?-

-Bueno…más que sueño es una premonición, pero creo que a los siguientes demonios que nos vamos a enfrentar nos va a costar un huevo vencerlos.-

-No te preocupes, si sólo con la espada de Mario sobrevivimos todo este tiempo, ahora que nos ayuda Adrian lo tenemos más que ganado.-

Luis asintió y se sentó en el blanco y mullido sofá.

-Bonjour!- Dijo Adrian mientras salía de la habitación.

-Igualmente.- Respondió Luis.

-¿Tenéis planes de seguir vagando por Francia o queréis que demos una vuelta?-

Iara y Luis se extrañaron por la pregunta.

-¿A qué te refieres?- Preguntó ella.

-No muy lejos de aquí está el Parc de la Tête dÓr. Podemos ir a echarle un vistazo, dicen que es precioso.-

-Esperemos a que el resto se despierte.- Respondió Luis. –Por cierto ¿Dónde ha dormido Nacho?-

-¿No estaba contigo?- Le preguntó Iara.

-No estaba cuando me desperté.- Contestó encogiéndose de hombros.

Los tres se miraron fijamente durante unos segundos y comenzaron a buscarle por toda la casa, despertando al resto del grupo.

Pasaron cerca de diez minutos, demasiados para una casa tan pequeña. Todos comenzaban a preocuparse.

-¿Habrá salido a la calle?- Preguntó Mar.

-No, él siempre se lleva su arma.- Contestó Nayla, quien iba con la manta sobre los hombros y arrastrándola por el suelo.

Ella, aún con sueño, se dejó caer sobre el sofá pequeño, pero se levantó rápidamente al escuchar un extraño ruido debajo suya.

2. Camino del guerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora