Fue solo un comentario inocente, algo que debería haberse olvidado tan rápido como se dijo. Pero seguía volviendo a ella y solo tenía que realizar un experimento.
¡ACLARO! Esta historia no es mía, es de un usuario de Ao3 llamado AnAuthorHasNoName yo...
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Capítulo 1: Desarrollar una hipótesis.
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"¿El Capitán no te recuerda un poco a un gato callejero gruñón?"
Había sido un comentario tan aleatorio, sin precursor o razón de por qué Sasha lo había dicho mientras ella y Mikasa se sentaban una al lado de la otra, limpiando uniformes. Un comentario tan pequeño pero tan fuera de lo común, la mujer de cabello más oscuro en realidad se detuvo para mirar a su compañera con una pequeña cantidad de desconcierto.
"¡No, en serio, piénsalo! Siempre hay un viejo gato callejero que actúa como si no se molestara en reconocer cualquiera cosa su alrededor, pero aún así acepta un regalo con toda la gracia de la nobleza." Sasha sonrió, moviendo un dedo en el aire. "Y luego te deja frotar su barriga antes de irse."
Un parpadeo largo y lento de la mujer oriental. "¿Tú... frotas el vientre del Capitán?" Su labio se movió hacia arriba cuando la otra mujer se sacudió lo suficientemente fuerte en estado de shock por la declaración como para caer de su taburete, casi en el cubo de agua jabonosa.
"¡¿Qué-? ¡NO! ¡¡Eso no es lo que quise decir!! ¡¡Mikasa!!" Sasha gimió, nerviosa y avergonzada. Luego se detuvo, se llevó un dedo a los labios y miró de reojo a su compañera. "Aunque... sus abdominales probablemente funcionarían mejor que estas tablas de lavar." Le lanzó una sonrisa maliciosa a la otra mujer, quien le devolvió la mirada con una mirada pasiva y un poco curiosa.
