Fue solo un comentario inocente, algo que debería haberse olvidado tan rápido como se dijo. Pero seguía volviendo a ella y solo tenía que realizar un experimento.
¡ACLARO! Esta historia no es mía, es de un usuario de Ao3 llamado AnAuthorHasNoName yo...
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Capítulo 8: Compare las constantes.
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Las gaviotas chillaron ruidosamente, despertando el puesto de avanzada cuando el sol rompió el horizonte sobre el agua con rudeza. Mikasa se estiró, acurrucándose de nuevo en su burbuja de calor debajo de las mantas y deleitándose en no tener que levantarse al amanecer. Hacía más frío a lo largo de la costa que en el continente, el sabor crujiente superpuesto por la sal del mar insinuaba que el invierno llegaría más temprano que tarde. Con suerte, las nieves aguantarían hasta que ella y el resto regresaran aquí para su rotación de 4 meses, no le apetecía luchar para hacer el viaje durante una tormenta de nieve.
Los sonidos de los cadetes que comenzaban su rutina matutina se filtraban desde más allá de la ventana mientras la mujer contemplaba qué hacer con un día libre completo. Normalmente se lo gastaría yendo a la ciudad o leyendo un libro, pero tampoco era una opción en el puesto de avanzada, no se había acordado de respaldar ninguna de las novelas que tenía actualmente. Mikasa frunció el ceño cuando hubo un golpe en la puerta, incapaz de ignorar que continuó sin cesar.
Ella se estremeció cuando sus pies descalzos golpearon el suelo de piedra, acercándose rápidamente a la puerta para abrirla. "Oh, gracias a Dios, esta vez encontramos la habitación adecuada. Déjanos entrar, accidentalmente despertamos a Jean." Armin se deslizó a su alrededor en su habitación, seguido por Sasha.
