4. La Pequeña Weasley

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Arthur Weasley salía de la oficina del ministro de magia, podía notarse que su sonrisa había vuelto, llevaba su maletín en mano e iba demirecto a su casa cuando a lo lejos escuchó soñar su nombre

-Señor Weasley! Espere... Señor Weasley por favor!- al voltearse vio a cierto joven acercarse a él, al llegar a su lado estaba sin aire probablemente por haber corrido

-Mathews, tranquilo amigo respira- dijo Arthur

-Si, disculpe señor- Mathews tomó una bocanada de aire, sosteniéndose del hombro del señor Weasley y con una mano en su pecho intentando calmar sus latidos.

-Bien Mathews respira y dime ¿Por qué corrías y me llamabas?- dijo Arthur con una sonrisa

-Señor, lamentó molestarlo, sé que va saliendo para su casa, pero necesitaba hablar con usted-

-Claro Mathews dime en qué puedo ayudarte-

-Señor Weasley, yo no pude evitar escuchar cuando mencionó que usted y su familia querían hacerse cargo de la pequeña- dijo Mathews en un tono bajo para que solo el pelirrojo lograra escuchar

-Así es... gracias por apoyarme ahí dentro Mathew, pudo costarte el trabajo, realmente lo apreció- ambos hombres comenzaron a caminar hacia la salida -Mi esposa y yo creemos que podemos cuidar bien de ella y al parecer el ministro también lo cree, sorprendentemente mis hijos están siendo muy caballerosos con ella, al parecer hacía falta una pequeña- Arthur soltó una risa simpática la cual fue correspondida por el joven Mathews

-Señor Weasley realmente me parece un gesto muy valiente y muy amable el que usted y su familia decidan cuidar de ella, no quiero molestarlo pero realmente me gustaría poder apoyar en algo señor- dijo Mathews un tanto nervioso -Cuando yo era Niño hubo una familia que hizo eso por mi-

-Oh! En serio, no tenía idea, ¿cómo te apoyaron?-

-No creo que nadie lo sepa señor pero una familia Muggle fue quien me apoyó, la realidad es que soy adoptado, cuando era muy pequeño mis padres sufrieron un accidente, estaban por enviarme a un hogar de adopción cuando una familia muggle se ofreció a cuidarme, al principio nadie estaba de acuerdo con que unos muggles cuidaran a un hijo de magos quien probablemente también sería mago, pero al final resultó que ellos conocían a mis padres, eran amigos por decirlo así y desde ese momento hasta ahora han estado conmigo y han sido mi familia- habló Mathews con sinceridad hacia su compañero pelirrojo

-Eso es sorprendente Mathews, no tenía idea de qué eras adoptado y ¡Por muggles! ¡Eso es asombroso!- Arthur Weasley no podía evitar su fascinación hacia ellos -Debes ser un hombre sabio al tener el conocimiento de ambos mundos.

-Puede ser señor- Mathews sonrió sonrojado y tímido -La razón por la cual le comento esto es porque sé lo complicado que puede ser cuidar a un niño y bueno en su caso con tantos muchachos puede que lo sea un poco más, quisiera ayudarlo señor, no solo a usted si no también a su familia, ¿cree que podamos hablar cuando tenga más tiempo?

-No creo que sea necesario Mathews pero por supuesto que podemos juntarnos para platicar, estás invitado a la madriguera mañana para cenar, te presentaré a mi familia y podrías hablarnos sobre la tuya y sobre el mundo muggle!- dijo amablemente Arthur.

-Gracias señor, nos vemos mañana- Mathews se despidió con una sonrisa de oreja a oreja, la cual fue correspondida cuando el pelirrojo se despidió, terminó de caminar a la salida y desapareció.

Arthur Weasley apareció en la entrada de la madriguera, entró y fue directo a su habitación en donde su esposa Molly Weasley lo esperaba ansiosa por saber sobre su reunión en el ministerio, al verlo entrar no pudo evitar levantarse de la cama y preguntar

La vida con el apellido BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora