3. La carta y los padrinos

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Ya comenzaba a anochecer, sin embargo, en la madriguera era extraño que hubiera calma, después de almorzar los hijos del matrimonio Weasley quisieron salir a jugar al jardín.

Bill y Charlie pateaban la pelota de fútbol que su padre les había regalado, creían que ese juego muggle era muy raro pero según entendieron era el Quidditch del mundo muggle así que decidieron practicarlo, por otro lado Percy estaba sentado en la sombra leyendo un libro y haciendo algunas anotaciones en una de sus libretas, parecía realmente muy centrado y serio, los gemelos se encontraban al lado del cobertizo, planeando su próxima broma pero sobre todo su víctima, amaban hacer bromas que divirtieran a las demás personas, aunque a veces no median la diferencia entre la diversión y el desastre, y por último el pequeño ron se encontraba en brazos de su padre dentro de la casa, Molly estaba sentada en el sofá grande junto a su pequeña invitada la cual estaba recostada en este mientras el Medimago de la familia Weasley la revisaba.

El Medimago tomó uno de sus aparatos de su gran maletín y lo colocó sobre el pecho de la pequeña, este aparato comenzó a sonar dando a conocer los latidos de su corazón, luego lo guardó y sacó otro aparato con forma de herradura, colocó el aparato sobre el estómago de la peña quedando ella debajo del arco que este formaba, luego le apuntó con su varita y una luz morada salió de este mostrando una imagen del interior del estómago de la pequeña.

-Todo se ve realmente muy bien, la pequeña está sana- dijo el Medimago tomando sus aparatos y guardándolos en su maletín

-¿Está seguro Dr. Harthon, no hay absolutamente nada extraño o por lo que debamos preocuparnos?- habló una preocupada Molly

-Para nada, no hay absolutamente ninguna razón por la cual creer que esta pequeña pasó por alguna situación similar a la que me describen, el scaner de su organismo solo muestra que su última enfermedad fue un muy leve resfriado y esto sucedió hace aproximadamente poco más de 3 meses, la niña está sana- el Medimago le sonrió a la pequeña acomodando la playera que tenía puesta para tapar su pancita -De hecho se muestra todo lo contrario a lo que me han mencionado, la niña a estado muy bien cuidada, su piel y color me hacen creer que no solían salir mucho o qué al salir con ella se encargaban de cubrirla muy bien del sol y su cabello está muy bien cuidado algo extraño en una niña tan pequeña pero para nada alarmante, esto solo demuestra que a sido una niña muy bien cuidada e incluso me atrevo a decir que amada.

Después de la revisión y charlar un poco con el matrimonio Weasley, el Medimago se fue no sin antes darle unos caramelos a los 2 pequeños en la sala, su pequeña paciente y el pequeño pelirrojo en brazos de Arthur, los bebés estaban felices comiendo su caramelo el cual tenía forma de una pelota de tenis, no tan pequeña para poder ahogarse ni tan grande para poder sostenerla con solo una mano, el matrimonio Weasley llevó a los bebés al jardín junto a sus otros hijos para que pudieran jugar un poco o solo tomar aire.

Cuando los chicos vieron a sus padres salir y sentar en el pasto a los bebés se acercaron a ellos

-¿Dulce de naranja está enferma?- preguntó un pequeño y curioso Fred.

-¿Dulce de Naranja?- Preguntó Molly divertida pero a la vez Confundida.

-Fred y yo le pusimos nombres a la pequeña mamá- dijo George sonriente -Fred le puso dulce de naranja pero yo la nombre Chocolate- al instante toda la familia rió con tan adorable gesto

-Bueno hijo, no te preocupes, el Dr. Harthon dijo que nuestra invitada está muy bien y se encuentra sana- dijo Arthur Weasley

-Papá ¿Ya saben quien es la pequeña? ¿Que les dijeron en el ministerio?- Preguntó Bill

-Aún no tienen información sobre su familia, pero en cuento me mencionen algo les contaré ¿de acuerdo?- respondió Arthur

-Pobre pequeña, ¿qué clase de monstruo robaría a una bebé y la alejaría de su familia solo para dejarla abandonada?- Habló Percy sorprendiendo a todos pues se suponía que ninguno de sus hijos sabía como la pequeña llegó al ministerio.

La vida con el apellido BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora