1. La redada y la niña

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Supongo que conocen la historia del niño que vivió , esa historia que marcó la diferencia en el mundo mágico y terminó con la guerra, la historia que recuerda la libertad de cada mago, pero en esta historia no se menciona aquella pequeña a su lado, la pequeña Elizabeth Black...

(...)

Varios Aurores junto con el ministro de magia volvían al ministerio después de una redada contra seguidores del mago tenebroso "Lord Voldemort", aquel cuyo nombre prefieren no sea nombrado, en dicha redada lograron capturar a Sirius Black quien ahora era considerado un asesino por traicionar a dos de sus más grandes y mejores amigos James Potter, a quien entregó junto con su familia al que no debe ser nombrado y Peter Pettrigrew, a quien asesinó junto con cierto grupo de muggles.

Sin embargo los aurores no venían solos, pues en la horrorosa escena causada por Black encontraron una pequeña bebé de cabello castaño, cejas gruesas y ojos color marrón claro, la pequeña niña se encontraba envuelta en una pequeña cobija color negro con ciertos detalles plateados lo cual se les hizo un poco extraño pues algunas de las figuras encontradas en la manta parecían ser de la mansión Black, al encontrarla pensaron que el criminal quiso hacerle daño, pero, al notar la reacción del mismo al ver cómo tomaban a la niña en brazos notaron que la realidad era otra, parecía ser que el hombre trataba de cuidarla, protegerla del caos que él mismo causó.

Ya en el ministerio no podía evitarse escuchar el llanto de la pequeña a quien habían simplemente recostado en una pequeña canasta que hicieron aparecer mientras resolvían qué hacer con ella.

-¡Podría alguien callar a esa niña!- exclamó el ministro de magia quien se encontraba junto a algunos de sus trabajadores y aurores.

-Señor lo hemos intentado por horas, la niña simplemente no puede calmarse- habló uno de los novatos que intentaba calmar a la bebé.

-¡Pues sigan tratando, con ese escándalo es imposible que todos aquí se concentren y realicen bien su trabajo, sus gritos se escuchan hasta el ministerio muggle!- volvió a reñir el ministro

-Señor- se acercó a él un hombre joven probablemente de 34 años de edad, un poco nervioso - En la puerta de encuentra el jefe del departamento de Detección y confiscación de hechizos defensivos y uso indebido de la magia, dice haber escuchado el llanto de la pequeña y cree poder ayudar a calmarla-

El ministro sin pensarlo accedió
-Dile que entre, si cree poder ayudar a callarla es bienvenido-

Sin más por la puerta entro un hombre pelirrojo con una sonrisa simpática

-Buenas noches señor ministro, Arthur Weasley- extendió su mano para estrechar la del ministro -Señor me enteré de la situación con la pequeña y quise colaborar, ¿me permite?- el hombre pelirrojo hizo un gesto hacia la pequeña esperando autorización para poder cargarla.

-Por favor Weasley, si cree poder calmarla haga lo que sea- dijo el ministro ya con un tono desesperado

Arthur Weasley levantó a la pequeña niña en brazos, arregló su manita negra sobre ella para taparla bien y comenzó a mecerse, como si eso era lo que la niña esperaba comenzó a calmar su llanto

-¿Saben si ya comió la niña?- todos los otros hombres solo se veían entre sí hasta que uno de ellos decidió hablar

-La rescatamos hace algunas horas, cuando regresamos estaba dormida así que  hasta el momento no ha comido- respondió uno de los aurores en el lugar

-¡Pero como es posible!- exclamó Arthur sorprendido y preocupado -Debe estar adolorida del hambre, necesita comer algo-

-No tenemos nada para bebés aquí en el ministerio- respondió el ministro

La vida con el apellido BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora