Percy Jackson: The God of Magic

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[1 MES DE SUFRIMIENTO DESPUÉS]

Habían pasado un mes y once días desde que llegué al hotel Valhalla, del cual había estado luchando día y noche contra las Valquirias. Hoy tuve mi duelo semanal con Gunilla, para ver mis mejoras.

Todavía no había logrado vencer a ninguno de ellos, pero para ser justos me atacaron en grupos, así que tenía fe en que uno contra uno, tendría más posibilidades de defenderme.

Mi lucha contra Gunilla comenzó como cualquier otra, con ella tratando de aplastarme en menos de un par de minutos, algo que había logrado hacer las primeras dos veces, pero gracias al terror psicológico que me había infligido, con ataques en absoluto. A veces, estaba en alerta máxima y gracias a eso pude mantenerla alejada de la victoria, esquivando sus ataques, uno tras otro. Pero esquivar no me iba a ganar la pelea. Si quería ganar, tenía que atacar.

Con eso en mente, cerré mi mano en un puño y apunté a su nariz cuando surgió la oportunidad, que gracias a mi cuerpo mejorado con maná y a que ella era predominantemente una luchadora de cerca, llegó bastante pronto, llevando mi velocidad al límite y con nuestros cuerpos estaban a unos centímetros de distancia, no había nada que pudiera hacer para evitar mi ataque, así que mi puño golpeó el puente de su nariz. Su sangre se esparció por todo el campo de entrenamiento, pero ni siquiera se inmutó ante eso.

Ella simplemente me miró, y con algo que solo podría describirse como un feliz gruñido de aprobación, agarró mi brazo antes de que pudiera tirarlo hacia atrás, bloqueándome en su lugar, y me golpeó directamente en la cara con un fuerte jab de izquierda, casi Inmediatamente probé sangre, mi sangre, mientras caía al suelo pensando. Vamos Adam, has estado peleando con ella durante un mes seguido, día y noche, no dejes que te saque lo mejor de ti.

Pero antes de que pudiera procesar cómo recuperarme de esto, agarró mi cabeza, sus dedos se clavaron en mi cuero cabelludo, y como una muñeca de trapo me levantó del suelo, mis pies colgando en el aire a unos centímetros del suelo, y con una sonrisa que duró alrededor de un segundo, golpeó su mano derecha en mis costillas con gran fuerza, mi visión se volvió borrosa por el impacto. Podía sentir el dolor recorriendo mi estómago, haciéndome sentir mareado, desorientado. Pero aún no había terminado, no iba a caer con un solo golpe, deseando que mi cuerpo obedeciera, le lancé un rápido gancho con mi mano derecha que ella paró con la mano izquierda soltando mi cabeza en el proceso. Aprovechando esta pequeña ventana de oportunidad, obligué a mi cuerpo a moverse en el aire, lanzando un compinche con mi pierna izquierda que la tomó por sorpresa si la expresión de su rostro era algo por lo que pasar,

"¿Te estás volviendo suave conmigo amor?" Me reí entre dientes, mientras trataba de sonar lo más fuerte posible, pero en el fondo estaba luchando por mantener mis cosas juntas, ese golpe que ella había dado había hecho más daño de lo que esperaba, sabía que si cerraba los ojos incluso por un segundo Caería al suelo.

Gunilla me miró con sus ojos siempre tan misteriosos, mientras una emoción ilegible se encendía dentro de ella, "Tal vez lo soy", se rió.

Tomando una respiración profunda, corrí hacia ella, estaba decidido a no perder esta vez incluso si mis probabilidades eran bastante bajas, Gunilla sonrió, una sonrisa depredadora que nunca antes había visto en ella, ¿estaba disfrutando esto? Soy un puto imán para los locos.

"¡Taoc ym ydob htiw eht rewop fo eht rednuht!" Mi hechizo era simple, cubría mi cuerpo en un campo mágico de electricidad convirtiéndome en una Taser viviente, agregando algo de poder de fuego a mi arsenal mano a mano.

"Interesante", comentó Gunilla, esquivando mis ataques con relativa facilidad.

"Será una sorpresa impactante cuando me golpees, o yo te golpee", respondí con un juego de palabras poco convincente, mientras continuaba mi asalto.