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Trato de controlar mis emociones, pero no puedo, no pensé que dolería tanto decirle eso, aunque sea mentira, duele. Respiro profundamente y poco a poco se detienen el camino de las lagrimas; limpio el rastro que dejaron mis lagrimas y antes de salir suelto todo el aire y camino a la sala principal, mientras tanto intento dibujar una sonrisa en mi cara.

-Alba.-siento que sujetan mi brazo y me volteo al sentir el frio tacto.-¿Damian pudo ayudarte con tu problema?-pregunta Emma mirando por todas partes el vestido.

-Si, todo se soluciono.-tal parece que la sonrisa falsa funciona.

-Se que me llamaste a mi, pero Damian se había preocupado y...-en eso le corto.

-No te preocupes, entiendo. Un momento voy a tomar un poco de aire afuera.-dejo a Emma y atravieso a todo el salón principal para poder estar afuera.

Comienzo a sentir el aire frio por las partes descubiertas del vestido, en ese momento veo unos asientos de madera junto al jardín, sin mas me siento y me lleno de los olores de las rosas que estaban mas cerca a mi.

Comienzo a acariciar algunas rosas y lo que dijo Dalia comienza a retumbar otra vez mi mente. Es muy desgastante estar fingiendo algo que no eres, tratando de encajar para que todo vaya de acuerdo un contrato. 

-Si si, dale lo que quiera, mientras no se meta con la empresa no hay problema...espero tu llamada. Adiós.-Se escucha a alguien muy cerca del jardín.-¿Alba?-ya es muy tarde para ocultarse.

-Señor Guillermo.-me levando de inmediato.

-¿Que haces aca? te va a pegar un resfriado.-Se saca su blazer y me lo coloca.

-Si, gracias. Solo quería salir un momento a tomar aire, estar con mucha gente no es lo mío.- 

-¿Me dejas acompañarte?-pregunta

-Si, claro.-vuelvo a sentarme y el señor Guillermo hace lo mismo.

-Seguro que escuchaste mi conversación con mi abogado.-me acomodo en mi asiento.

-Si...pero no crea que lo hice intencional.-me pongo nerviosa un poco.-

-No, no te preocupe; solo que son los últimos detalles de mi divorcio.-

-Lo siento.-en eso se dibuja una sonrisa en la cara del señor Guillermo.

-No hay nada que sentirlo, ella era toda una oportunista, al igual que las otras 3.-sale una carcajada de el.

-En ese caso, bien por usted.-doy una leve sonrisa.

-Si, la verdad es que estar casado es algo completamente asfixiante.-

-Creo que si te casas con la persona indica; quien realmente amas, no será asfixiante. No malinterprete mis palabras, no quise decir que usted no....-me corta lo que iba a decir.

-No te preocupes que en eso tienes razón, o sea si las quise, no soy un robot, pero nunca hubo ese lazo, ese amor, como se podría decir.-

-¿Y nunca llego amar a alguien de verdad? no se sienta obligado a responder, solo es una pregunta.-

-Esta bien.-deja unos segundos in decir nada.-Solo una vez creo que paso algo así.-apoya sus codos en sus rodillas y cruza sus brazos.-Ella simplemente era perfecta, era encantadora, inteligente; tenia un brillo que iluminaba todo el salón, era inevitable no poder apreciar su presencia y tenia una sonrisa que te perdías y unos ojos.

-Se había enamorado de ella de verdad.-no sabia que el señor Guillermo tenia su lado oculto romántico, sorprendente.

 -Si, la pasábamos tan bien juntos, el tiempo con ella simplemente no existía. Pero todo se acabo cuando ella se fue sin decir mas; se perfectamente que ya la veré mas, pero me queda aun los recuerdos,  y solo me queda vivir con ellos.-Mira al cielo un momento y luego baja la mirada, tal parece que le afecto hablar sobre eso.

Solo te queda aceptarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora